Este agosto de climatología tanto extraña también afectó la Serenata de la calle Sant Ramon, celebrada el pasado fin de semana, pero no consiguió que la gente dejara de participar en la fiesta. A pesar de que el tiempo ha hecho la pascua, ha venido más gente que nunca. Si llega a hacer bueno cada día, esto se nos va de las manos, explica Josep Lluís Gallemí, organizador de la fiesta. La lluvia sí que estropeó la actuación de títeres del viernes, poniendo la única nota negativa de la fiesta. La cena de hermandad, en cambio, fue un éxito, y reunió más de 300 personas el sábado por la noche. También destacó el baile y la chocolatada de sábado por la tarde, en qué asistieron más de 200 niños, según Gallemí. Para ser una fiesta de calle, no está nada mal, asegura.