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Mataronins al exterior de la nave

Vern Bueno

Mataró, Bassat y Gaudí proyectan el arte catalán contemporáneo en el mundo

Centenares de personas dan la bienvenida a la colección Bassat en la inauguración de la primera exposición al edificio del gran arquitecto reusenc

"No me sé avenir, cómo ha cambiado tanto!". Marina Peña recorría ayer jueves la Nave Gaudí, ayudada con una muleta, en el día de su inauguración como espacio expositivo de la Colección Bassat de Arte Contemporáneo. "Quería ver como habían dejado el lugar donde voy trabajo durante 30 años", explicaba Peña, que a sus 87 años rememora la época en que la Nave del genial arquitecto reusenc "era tan sólo un almacén". Los trabajadores de la fábrica textil de Can el Asènsio, como se la conocía entonces, estaban situados en la planta superior de una nave paralela, hoy inexistente. "Todavía hay los lavabos de en Gaudí?" se preguntaba esta mataronina, que ha dedicado toda una vida al textil, hasta no hace mucho lo gran motor de la ciudad. La decaída del sector trajo al abandono del conjunto fabril y a la posterior restauración de la emblemática nave, la primera obra de Gaudí, para usos cívicos. A pesar de que ya funcionaba desde el año 2008 como telecentro, el estreno como museo es el auténtico punto de inflexión que tiene que protagonizar este edificio en el mapa cultural, y también en el económico y social, de la ciudad.

Así lo entendió Peña y los centenares de mataronins que se dieron cita al acto inaugural de ayer jueves, que también atrajo numerosas autoridades políticas. A la tarima ubicada al exterior de la nave subieron el presidente del Parlamento, Ernest Benach, el consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, y el Delegado del Gobierno, Joan Rangel. Todos ellos al amparo de la figura de Lluís Bassat, el publicista que hace tres años decidió con el alcalde Joan Antoni Baron que Mataró sería un buen lugar donde exhibir su col·leccció dedicada al arte catalán de la segunda mitad del siglo XX. Los discursos de todos ellos, un pelo fríos y con un punto de mitin electoralista propio de estas fechas, casi obviaron el elemento puramente artístico para ensartarse a cuestiones de país, de construcción nacional. Una misión a la cual proyectos como el Museo Bassat inscrito en la Nave Gaudí tienen mucho que decir. "En un mundo globalizado, una nación sin estado como Cataluña tiene que exponerse en el mundo, hace falta que se nos conozca por todas partes, y Gaudí y nuestro arte contemporáneo nos tiene que ayudar a hacerlo", dijo Benach. Tresserras también incidió en esta idea. "Nuestro país tiene carencias fruto de una historia torturada –dijo- pero también tenemos fortalezas, como por ejemplo una cultura potente en todos los ámbitos, sobre todo en el campo de las artes plásticas y visuales", cosa que Mataró ayuda a hacer patente desde ayer jueves .

El papel de la capital del Maresme como puntal de la red de ciudades medianas que, más allá de Barcelona, constituyen el "nervio de la nación", en palabras de Benach, también fue uno de los temas recurrentes en todos los parlamentos. "Esta red es un modelo de distribución territorial único al mundo que nos define como país", aseguró Joan Antoni Baron. Una idea que proyectos singulares como el flamante museo tienen que ayudar a reforzar. "Tenemos una gran capital de proyección global, pero al suyo cercando contamos con ciudades como Mataró que, como vemos hoy, aglutinan talento y capacidad creativa". Joan Rangel, por su parte, destacó que el Museo Bassat "encaja en la necesidad de un cambio de modelo productivo" en el cual la cultura tiene que tener "un peso muy importante".

'Un producto inigualable'
Cómo no podía ser de otro modo, Bassat sí que dedicó su turno de palabra al arte, a las obras y a los artistas que forman parte de su colección. Cómo ha repetido en numerosas ocasiones, el publicista defendió que el arte contemporáneo catalán "es comparable al mejor arte americano, inglés o chino". Un arte al cual, según él, le ha carecido proyección internacional, más allá de Picasso, Dalí, Miró y Tàpies. "Tenemos un producto inigualable en las manos para poder difundir", apuntó, como el publicista que siempre ha sido. Bassat y su esposa, que dirigen la fundación que gestiona la colección de arte, recibieron los agradecimientos y felicitaciones de todo el mundo. "Hay que hacer emerger una Cataluña de éxito que se expresa a través de personas como Lluís Bassat, que saben hacer las cosas y que articulan el país", apuntó el presidente del Parlamento.