Mataró convertirá el patio de la Escuela Infantil Municipal Rocafonda en un espacio piloto para estudiar cómo los entornos escolares pueden adaptarse al cambio climático. La iniciativa forma parte del proyecto europeo RE-ACT Schools, que busca reducir los efectos de las “islas de calor urbanas” en las ciudades mediterráneas.
La actuación, impulsada por el Ayuntamiento con el apoyo de la Diputación de Barcelona, ha sido seleccionada dentro de la convocatoria europea Interreg Euro-MED, y transformará este patio en un laboratorio verde donde se medirán en tiempo real variables como la temperatura, la humedad o la calidad del aire. Los primeros sensores ya se han instalado y permitirán evaluar el impacto de la futura transformación.
El 6 de noviembre se celebrará una jornada participativa con familias, educadoras y personal técnico para codiseñar el nuevo espacio exterior del centro, cuya reforma está prevista para el verano de 2026. El objetivo es repensar el patio como un espacio de sombra, biodiversidad y juego saludable, donde los niños y niñas aprendan en contacto con la naturaleza mientras se reduce la temperatura ambiental.
Este proyecto sitúa a Mataró en el mapa de las ciudades mediterráneas que trabajan para adaptarse a un futuro climático más extremo. La ciudad acogerá, del 19 al 21 de noviembre, un encuentro con representantes de otros territorios socios del proyecto —como Lucca (Italia), Var (Francia) o Split (Croacia)— para compartir estrategias de mitigación del calor urbano.
El presupuesto total es de 330.200 euros, de los cuales el 80% proviene de fondos europeos. El proyecto se enmarca dentro de la Agenda Urbana Mataró 2030 y refuerza la línea del programa Re-Natura Mataró, que impulsa la naturalización de los espacios urbanos y escolares.
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