En Mataró, cerca de 9000 personas reciben alimentos gracias a las campañas que realizan entidades como la Fundación Banco de Alimentos o la Cruz Roja. La crisis y el paro, que en la ciudad ha dejado sin trabajo más de 14.000 personas, de las cuales 6.400 ya no reciben ningún subsidio, ha obligado a buscar mecanismos para cubrir las necesidades básicas de miles de ciudadanos. Pero los alimentos que distribuyen estas entidades son, principalmente, alimentos envasados de larga duración como legumbres, pasta, harina o leche. Estos alimentos sirven de apoyo a las familias pero no permiten un menú equilibrado puesto que carecen, sobre todo, alimentos frescos y esenciales como el aceite o el pan. Para conseguir ampliar el tipo de alimentos que se distribuyen, el Pleno del Ayuntamiento aprobó el pasado jueves, día 4, una propuesta para pedir a las tiendas de alimentación de la ciudad que den a las entidades sociales los productos con consumo preferente de corta duración que no puedan comercializar. Estos productos, con fecha de caducidad, se tienen que retirar de las tiendas y generalmente acaban a la basura. Las propias entidades sociales del tercer sector han hecho un llamamiento sobre la necesidad de optimizar los recursos disponibles en relación a los productos frescos.
