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Guillermina Peiró, al documental

Maria Salicrú-Maltas / Eloi Aymerich

"Mi padre no habría soportado ser un traidor, esto también lo habría matado"

Entrevista a Guillermina Peiró, hija del sindicalista mataroní Joan Peiró, en el marco del estreno del espectáculo 'Peiró42'

"Cuando estaba en casa mi padre era ideal. Pero podía más la política .Vaya, no la política, el sindicato, la CNT, el sindicalismo, porque mi padre no era político; era sindicalista. A nosotros nos estimaba mucho pero primero era su ideal del sindicalismo y en defensa del obrero". Es la idea recurrente que repite Guillermina Peiró, hija de Joan Peiró, cuando se le pregunta por su padre. Esta es la transcripción íntegra de la conversación que aparece, en pequeños fragmentos, a la versión documental de Peiró42 , que se estrenará el sábado día 28 al atardecer en Mataró Televisión.

Cómo vivía, usted la ausencia de su padre?
Con angustia, porque no sabíamos nunca cuando vendría. Y a veces, cuando vendía, tenía que comer rápidamente y marchar de nuevo. Yo mi padre lo tengo idealizado. Era una persona noble. Pero quien merece todavía más mi respeto es mi madre, que no dijo nunca nada. En todas partes donde lo cogían, ella iba. Quiero decir que no fue sólo en Joan Peiró. También fue la Merced Olivas. Tantomonta, montatanto. Por lo tanto, mi padre fue un gran hombre, pero más grande lo fue mi madre, que se quedaba con todos los hijos... y después iba a verlo allá donde fuera. Se estimaban tanto... se habían casado de muy jóvenes. Sort tuvo de ella, mi padre: fue su refugio. estoy muy orgullosa, de mi padre, a pesar de que sacrificó su vida y la de todos. Fue un buen padre, un buen marido y un buen sindicalista, que no se vendió para nada del mundo.Y también un buen vecino, todo el mundo se lo estimaba mucho.

"Hubiera preferido tener un padre corrupto, si tú quieres, pero seguir teniendo un padre"

Cuando estaba en casa y elseu padre no estaba, como se sentía?
Con vacío. Echabas de menos su presencia, porque cuando el padre estaba en casa por muy político y sindicalista que fuera... los hijos eran los hijos y él nos estimaba muchísimo.Qué hacía con nosotros? Jugaba. Con mi hermana pequeña la traía a caballito, me recuerdo. Y le decía: "Mujer, tú ya eres demasiado grande!". Pero vaya, poca cosa podía hacer, porque siempre estaba al sindicato. Pero cuando estaba, era un padre carinyós, que te explicaba las cosas, cuentos de aquella época... Siempre le hacíamos cantar La hija del marchante. "Papa, cántela!". Y él la cantaba. Ep, esto si no estaba escribiendo a máquina, eh, que en casa muy a menudo escribía a máquina. Mientras fumaba; parecía un horno de niebla, su habitación. El sereno, así medio en broma, siempre decía: "El día que lo venga a buscar la Guardia Civil, lo avisaré y le diré que pare de escribir". Era un padre admirable, sí.

Pero podía más el sindicalismo, su ideal, que ustedes.
Sí. Su idea siempre fue el sindicato, el sindicato, el sindicato.Y ante esto, sí que estábamos, nosotros, pero... Tened en cuenta que cuando había el papa a casaera una fiesta gorda, porqué... no estaba nunca! O estaba cogido, o estaba escondido o estaba de propaganda por todo España. Por eso tenemos nuestro padre tan idealizado; fue un hombre tan carinyós, tan bondadoso, que nos estimaba tanto... pero no podía estar por nosotros porque tenía otro trabajo, con el sindicato. Por sus ideas, mi padre, no había mujer ni hijos. Su idea era el sindicato, el sindicato, el sindicato. Ahora, también hay que decir que los niños por él era sagrada. Cómo que él había empezado a trabajar a los siete u ocho años, a Can Robert, en Las Cortes... y los picaban los dedos con el vidrio caliente. No podía con las injusticias hacia los más pequeños. La lucha que trajo era porque lo había sufrido primero él. Para él, el castigo a los más menuts no existía. Al Horno del Vidrio, a los aprendices no se los podía ni tocar.

Acabada la guerra... Creía que no lo matarían?
Hombre, siempre queda la esperanza de que no lo harán, porque hubo mucha gente, mucha, a defenderlo. Pero cómo que era a quien querían matar... pero vaya, no le encontraron ninguna causa, con sólo que era un sindicalista. Ni ladrón ni nada. Simplemente que era un sindicalista. Y él defendió mucha gente, de aquí Mataró, que le vendía a pedir ayuda. Pero a él nadie lo pudo ayudar.[banner-AMP_5]

"Para él, el castigo a los más menuts no existía. Al Horno del Vidrio, a los aprendices no se los podía ni tocar"

Toda la familia os podríais haber salvado...
Y tanto, pero el Papa no quiso nunca. "Si queréis podéis ir a Montreal, en el Canadá, en México...", nos decía. Pero dijimos: "No, sin usted no; nos quedamos". Y tuvimos que coger la guerra de aquí, la de Francia, la ocupación alemana... Cuando supieron que lo habían matado éramos a Narbona. Recuerdo que nos llamamos en el Ayuntamiento. Ya teníamos un poco de miedo, nosotros, del que nos podían decir. Y salió el alcalde aquel, todo negro, con su sombrero, y nos dijo: "Lamento deciros que vuestro padre ha sido fusilado el 24 de julio en Valencia". Ya no sentimos nada más, mi hermana Aurèlia y yo. Ella se va medio desmayar, de hecho. De Narbona fuimos a París y de París volvimos aquí.[banner-AMP_6]

"Él defendió mucha gente, de aquí Mataró, que le vendía a pedir ayuda. Pero a él nadie lo pudo ayudar"

A vostèli supo mal que él no entrara al sindicato vertical del franquismo?
Sí que me supo mal, que no lo hiciera. Hubiera preferido tener un padre corrupto, si tú quieres, pero seguir teniendo un padre. Como hija, hubiera claudicat. Ahora, sé del cierto que si él lo hubiera hecho, si hubiera dado el visto bueno a formar parte del régimen, aquello lo habría matado. Se habría muerto igual. Él no fue nunca un traidor. Se habría ido pansint, no lo habría podido soportar. Sí hubiera aceptado, toda la lucha que había hecho tanta gente...Por el papa no había ni mujer ni hijos; su ideal era aquel y por aquel ideal murió. Y que conste que ningún hijo ha renunciado a su pensamiento. Ninguno de ellos. [banner-AMP_7]

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