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Joaquim Arenas

Nadal y Reyes, tiempos de juguetes

Ha empezado a sentirse por las calles la canción navideña "El diciembre congelado".
 
Es una cita musical que cada año por estos tiempos los medios no olvidan, a pesar de que este año no hace el frío propio de la temporada cuando escribo estas letras. La canción, pero, persiste.
 
A medida que Nadal se acerca, los escaparates, los anuncios televisivos y los programas radiofónicos incitan los niños y adolescentes a manifestar aquello que querrían encontrar el día de Navidad bajo el Tió o la retahíla de cosas que desean que los sean regaladas por Reyes y que, previamente, ya han pedido en una carta.

Ante esta situación, pero, repetida anualmente por los niños y no tanto niños más de una vez, de querer juguetes y juegos, no nos tendríamos que preguntar si los tenemos que comprar todo aquello que piden, aunque entre padres y parientes se dé alcance a satisfacer toda la lista deseada?

El pedagogo Ramon Canals explica que una joven parenta suya haciendo de ajudanta en una familia de Nueva York, una tarde la ama le dice:
- Cuando al niño tenga hambre le hierves un paquete de macarrones.
– sobrará, le respondió la chica.
- Pues los tiras.
La joven restó entranyada. Cuánto debía de valer medio paquete de pasta? 60 céntimos de dólar?

El corprenedor de este caso no era el coste del alimento crudo sino la constatación que nuestra civilización tiende a medirlo todo con un patrón monetario.

Cada vez nos acercamos más a la cultura del usar y tirar.

Menciono este hecho y la reflexión que lo acompaña porque es notorio que en tiempo de Nadal y Reyes cuestionarse qué juguetes tenemos que regalar a los chicos y chicas puede ser una práctica aconsejable.

De pequeño, tenía la obsesión de construir una " caseta " al ángulo oeste de la azotea de casa, bastante amplio. La verdad era que el juego apasionante acontecía la construcción de la " caseta ", hacer la barraca. Un golpe acabada, el encanto de ser guarecido sufría sus intermitències, cada vez más frecuentes. Los juguetes no sirven a menudo para jugar, el juego de verdad es poderlas construir, como la " caseta". El mismo pedagogo, remarca que tenemos la tendencia de ahogar los niños con juguetes y que podemos olvidar que " la ilusión de los niños tiene un límite "
La conclusión que me hago y me permito exponer en cuanto a los regalos de Nadal y Reyes es : Pocas juguetes y muy elegidas.

Y si en la lista de regalos donde se concretan los deseos de la chiquillería o de la juventud, hay predominio de petición de videojuegos ? Ciertamente hay que reconocer que para la juventud y aun para la infancia el videojuego es una obsesión. No se puede decir que por si mismo el vídeo juego sea perjudicial. Pero de entrada tenemos que reconocer que su uso añade una actividad sedentaria a las muchas que ya practica la juventud además del estudio, de la escuela, de la tele y del ordenador.

Además, mientras el chico o el joven juega, está y no está. es a medias. A cualquier requerimiento que se le haga : Que ya has sacado el perro ? La respuesta será, Sí, un momento...
El momento anunciado puede acontecer eterno. No puede dejar el juego. No se ha acabado. Lo tiene cautivado.
Un chico con un videojuego en las manos, no escucha, no puedes hablar y, ay las, aun le haces estorbo, eres una distracción.

Sin duda, alguien entendido en la cuestión nos tendría que explicar qué tienen los vídeojocs que atrapan a tantas y tantas personas.

Ahora sería fuera de espacio, pero, adentrarnos más por este camino. No tardaremos a volver a hablar porque el videojuegos también tienen sus cosas buenas.

Tengamos presente también a la hora de comprar regalos el dicho clásico: " Nada sin medida "
Y no olvidamos que un libro muy elegido siempre es un buen regalo. Y si se en catalán y es de calidad, todavía más.

Felices Navidades! Es el deseo para todo el mundo de quien subscribe estas rayas.