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Panorámica de Espinelves

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Natura y joyas del románico en Espinelves

Si por algo conocemos el municipio de Espinelves es, seguramente, por sus abetos. Pero hay más razones para conocer esta localidad osonenca que pertenece a la demarcación de Girona. El pueblo de Espinelves está situado dentro del bosque más grande de Cataluña, en la zona del Montseny-Guilleries. El paisaje, que conjuga todas las tonalidades del verde, complementa toda la suma de elementos que hacen de este lugar un paraíso para el visitante. Uno de los lugares encantadores de la zona es el Masjoan, situado a medio kilómetro del pueblo, junto a la carretera que trae al Eje Transversal. Allá encontramos la concentración de árboles monumentales más grande de Cataluña, con  58 especies diferentes de coníferas, algunas de las cuales superan los 40 metros de altura, como el abeto más alto del país, con 43 metros. También destacan un conjunto de sequoies, la más alta de las cuales hace 44 metros y tiene un diámetro de 201 centímetros. Siete de estos ejemplares han recibido la catalogación de árbol monumental por parte de la Generalitat de Cataluña. A pesar de que hay que pagar dos euros para entrar al recinto, realmente vale la pena.

Masjoan es una masía del siglo XII donde la familia Masferrer reside desde 1710. El arborètum de Masjoan fue creado principalmente por Marià Masferrer Rierola (1856-1923) eminente naturalista y botánico que estudió profundamente la fauna y flora de las Guilleries. El sobrino de Marià Masferrer, Jesús Masferrer Torrent (1918-2006) promovió la introducción de coníferas como el abeto Douglas y el abeto de Masjoan (Abies Masjoanis), que descubrió él mismo.

La visita a la arborètum de Masjoan, se puede hacer en grupo o particularmente y consiste en un recorrido de unos 30-45 min donde hay marcados una serie de árboles notables plantados entre los años 1860 y 1911 algunos de ellos catalogados de monumentales. El horario es de lunes a domingo de 10.00h a 20.00h.

Si volvemos a Espinelves, uno de los pocos pueblos del románico que todavía se conservan en Cataluña, y donde podemos encontrar piezas únicas del arte de aquella época y en un perfecto estado de conservación, no podemos dejar de visitar la Iglesia de Santo Vicenç, original del siglo XI-XII y ampliada con una segunda nave y ábside al S.XVII. Allá encontramos una talla del siglo XV de la madre de Dios de Roser.

La silueta del campanario de la iglesia románica da una fisonomía inconfundible al pueblo, que ensartado a la izquierda de la riera se nos presenta pequeño y acogedor. La localidad ha guardado con cuidado un aspecto limpio y agradable, con las casas de estructura de piedra, las calles pavimentadas con losas y las edificaciones más modernas que armonizan con el conjunto.

En el interior de la iglesia se conserva el portal primitivo, trasladado en parte a la nave añadida en el siglo XII. El actual portal presenta un ábaco trabajado, dos capiteles con figura humana y hojas, y dos ábsides con arcuacions.

El retablo del llamado Maestro de Espinelves es actualmente al Museo Episcopal de Vic y no hace muchos años que fue objeto de una cuidadosa restauración.

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