"El día de mi llegada al mundo, según consta en los archivos de la Maternidad del barrio de las Cortes de Barcelona, fue un 31 de julio del año 1910, y mi número de registro en este centro es el 368. Así empieza la historia de mi vida, mi calvario particular, siendo sólo un número dentro de los ficheros de niños abandonados". Son las primeras líneas de la biografía de Joan Planas y Novel, más conocido como el abuelo Joan, que, acabado de hacer un siglo de vida, publicaba con la ayuda en la transcripción y en la revisión de los textos de sus familiares y de la escritora Assumpta Montellà. Una vida difícil, con dos adopciones, trabajos duros, heridas a la guerra civil, y dos dedos de una mano perdidos yendo de cacería.
También debe de explicar alguna alegría, porque cien años dan por mucho!
Sí, está claro, he tenido momentos muy felices, como el día del casamiento, el nacimiento de los hijos, o cuando pudimos comprar el bajo de la calle de Navarro. También recuerdo mucho las excursiones que hacíamos con el coche. Pero en general he sufrido mucho, un ejemplo es que me casé el día de San Juan del año 36, y antes de un mes ya estallaba la guerra... A mí me llamaron a filas depués de un año, cuando mi hijo tenía cuatro meses.
Quizás no nos tendríamos que quejar tanto de los problemas que tenemos ahora...
Puedo decir que se vive mil veces mejor que cuando yo era joven. Sé que hay problemas económicos, de trabajo... pero antes todo era mucho y mucho más llevar, yo trabajaba del que podía: limpiaba bosques a los 11 años con mi padre, estuve rompiendo piedra a las canteras de entre Dosrius y Argentona, arrancando patatas en Mataró... donde se podía ganar una peseta, allá me encontraban. Recomendaría a la juventud que coja el trabajo que encuentre, por poca que sea, porque trabajar es media vida y por algo se empieza.
Cómo es el día a día de una persona a los 100 años?
Hasta los 97 años me espabilé a solas – mi mujer murió en 92 - , viviendo en Mataró, pero ahora estoy en casa de la hija en Argentona. Sortosament no he ido a parar a una residencia, antes habría "dimitido"! La vista es del que más echo de menos, lo he ido perdiendo y sólo veo sombras y siluetas. Por eso ahora prácticamente sólo hago que comer y yacer, no puedo mirar la televisión ni veo las caras de los que tengo delante. No tendríamos que llegar a los cien años, sólo hacemos estorbo.
La memoria sí que la tiene muy clara.
Eso sí, y siempre explico cosas de hace muchos años a la familia. Así que me propusieron que lo escribiera, y lo he ido tirando los últimos años.
Empezó a escribir el libro cuando inauguraron una fuente en el paseo Marítimo que bautizaron con su nombre, en 2002.
Sí, hacía falta aquella fuente allí, en la zona de juegos cerca de Santo Simó, porque los niños se ensuciaban y no se podían limpiar. La reclamé y el Ayuntamiento me hizo caso, y por una persona a aquellas edades estas pequeñas cosas son importantes.
A pesar de que dice que no tendríamos que vivir cien años, de seguro que más de un golpe le han preguntado el secreto para llegar.
Sí, pero no tengo ni idea, yo sólo he hecho que sufrir y trabajar. Por suerte, me he sentido muy estimado por la familia, y la salud me ha respetado bastante, todavía ahora es la hora que el médico me tiene que prohibir de comer nada!
También debe de explicar alguna alegría, porque cien años dan por mucho!
Sí, está claro, he tenido momentos muy felices, como el día del casamiento, el nacimiento de los hijos, o cuando pudimos comprar el bajo de la calle de Navarro. También recuerdo mucho las excursiones que hacíamos con el coche. Pero en general he sufrido mucho, un ejemplo es que me casé el día de San Juan del año 36, y antes de un mes ya estallaba la guerra... A mí me llamaron a filas depués de un año, cuando mi hijo tenía cuatro meses.
Quizás no nos tendríamos que quejar tanto de los problemas que tenemos ahora...
Puedo decir que se vive mil veces mejor que cuando yo era joven. Sé que hay problemas económicos, de trabajo... pero antes todo era mucho y mucho más llevar, yo trabajaba del que podía: limpiaba bosques a los 11 años con mi padre, estuve rompiendo piedra a las canteras de entre Dosrius y Argentona, arrancando patatas en Mataró... donde se podía ganar una peseta, allá me encontraban. Recomendaría a la juventud que coja el trabajo que encuentre, por poca que sea, porque trabajar es media vida y por algo se empieza.
Cómo es el día a día de una persona a los 100 años?
Hasta los 97 años me espabilé a solas – mi mujer murió en 92 - , viviendo en Mataró, pero ahora estoy en casa de la hija en Argentona. Sortosament no he ido a parar a una residencia, antes habría "dimitido"! La vista es del que más echo de menos, lo he ido perdiendo y sólo veo sombras y siluetas. Por eso ahora prácticamente sólo hago que comer y yacer, no puedo mirar la televisión ni veo las caras de los que tengo delante. No tendríamos que llegar a los cien años, sólo hacemos estorbo.
La memoria sí que la tiene muy clara.
Eso sí, y siempre explico cosas de hace muchos años a la familia. Así que me propusieron que lo escribiera, y lo he ido tirando los últimos años.
Empezó a escribir el libro cuando inauguraron una fuente en el paseo Marítimo que bautizaron con su nombre, en 2002.
Sí, hacía falta aquella fuente allí, en la zona de juegos cerca de Santo Simó, porque los niños se ensuciaban y no se podían limpiar. La reclamé y el Ayuntamiento me hizo caso, y por una persona a aquellas edades estas pequeñas cosas son importantes.
A pesar de que dice que no tendríamos que vivir cien años, de seguro que más de un golpe le han preguntado el secreto para llegar.
Sí, pero no tengo ni idea, yo sólo he hecho que sufrir y trabajar. Por suerte, me he sentido muy estimado por la familia, y la salud me ha respetado bastante, todavía ahora es la hora que el médico me tiene que prohibir de comer nada!