Encantados de estar en casa, dijo Marina apenas empezar el concierto. Y así lo demostraron arriba del escenario. Ojos de Brujo desbordaron ganas y emoción en el único concierto que han previsto en el país para esta temporada, y lo hicieron en el Parque Central de Mataró. Toda una delicia por los sentidos que pudieron disfrutar las más de tres-mil personas que, según han informado los organizadores, llenaban la pista central del parque.
Pasaba un cuarto temprano de la una de la madrugada cuando los barceloneses saltaron a escena con su fuerza habitual. La banda, que anunció que ya tenía llestos siete temas de su próximo disco, mostró un golpe más una excelente fusión del flamenco con ritmos tan variados como el funk o el hip hop. El público, que desprendía ambiente de Santas, aplaudía cada vez que la carismática cantante anunciaba temas como Tiempo de Soleá o Quien engaña no hambre, de su último disco, Barí. La actuación tuvo altibajos pero los barceloneses supieron transmitir durante las dos horas del concierto, toda su gracia y simpatía. Uno de los temas que más palmes arrancó fue Ventilador rumba 80, también del último álbum.
Los asistentes respondieron con entusiasmo a los temas del primero sencillo de la banda, que se intercalaron a lo largo del espectáculo. Si con Vacileo consiguieron mover el público, con Ná en la nevera casi lo conmovieron. Y es que a petición de Marina, que ayer celebraba su aniversario, levantaron las llamas de los encededors durante una parte de la canción.
Pasión flamenca a las tablas', al canto y al baile, a la guitarra e incluso a los scratches de Panko. Lo elijo percusionista del grupo tampoco va decepcionar y se tiraron con su Acción, reacción, repercusión. Toda una fusión de estilos que convencieron un público con ganas de fiesta Mayor.
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