El instituto Alexandre Satorras vive unos días movidos a raíz de la polémica decisión del equipo directivo de expulsar un total de 105 alumnos de ESO y Bachillerato, después de que protagonizaran una protesta porque el centro, siguiendo la tónica de los últimos años, hubiera decidido no celebrar Carnestoltes. A pesar de que la expulsión ha quedado de momento congelada, la decisión ha puesto en pie de guerra las familias de los estudiantes, que no entienden por qué se ha tomado una medida tan dura después de un acto reivindicativo que, según aseguran, fue del todo pacífico.
Los hechos tuvieron lugar el viernes 5 de febrero, coincidiendo con el inicio de Carnestoltes. Un nutrido grupo de alumnos de 3r y 4t de ESO y también de Bachillerato de Alexandre Satorras protagonizó una "sentada" a la hora del patio y se negaron a dar clase a la siguiente hora, como medida de protesta para reclamar celebración del carnaval al instituto. Vestidos la mayoría con prendas de ropa roja, desplegaron una pancarta que colgaron en una reja. El acto reivindicativo fue "pacífico y respetuoso", según coinciden al señalar las familias de sus protagonistas.
Expulsión de una semana
Durante las semanas siguientes, parte del profesorado del Instituto avisó los alumnos que serían sancionados por la protesta y por haberse negado a entrar a clase después de la hora del patio. Los afirmaron que serían expulsados y que se los prohibiría tomar parte en el viaje de final de curso. A pesar de que en un primer momento los estudiantes y las familias pensaron que la amenaza no se concretaría, a principios de esta semana madres y padres recibieron en casa una circular del Instituto notificándolos la sanción a sus hijos. Según los padres, los afectados son un total de 105 alumnos.
"No nos lo llegábamos a creer, hasta que recibimos la carta", explica Asmaa Aouattah, madre de dos de los estudiantes, de 3r y 4t de ESO, que participaron a la protesta y que han sido sancionados. "La protesta fue totalmente correcta y en ningún momento faltó al respeto", asegura Aouattah. Finalmente a los alumnos de 4t no se los prohibió el viaje de final de curso en el País Vasco porque ya se había efectuado un primer pago, pero sí que se quiso hacer efectiva la expulsión de cinco días. La movilización de las familias ha hecho que la expulsión haya quedado momentáneamente congelada, que no suspensa, a la espera que la directora del centro vuelva de un viaje en Francia.
Movilización de las familias
Madres y padres se han organizado rápidamente y el pasado miércoles celebraron una primera reunión, en la cual redactaron una carta conjunta donde muestran su disgusto y desacuerdo por la medida tomada por el Instituto. Antes de que se notificara oficialmente la sanción, la AMPA intentó reunirse con dirección, pero el encuentro no fue posible. De hecho las familias todavía no se han sentado con los responsables del Instituto; finalmente lo harán el próximo miércoles, cuando la directora ya habrá vuelto de viaje. También se han puesto en contacto con Inspección de Enseñanza, y han conseguido que de momento la sanción quedara congelada, a la espera de la reunión de miércoles.
Las familias se muestran especialmente indignadas por la carencia de interlocución de la dirección y el profesorado con ellas. "Han amenazado con sanciones nuestros hijos sin ni hablarlo antes con los padres, es una manera de cohibir y hacer desistir el alumnado de cualquier voluntad de reivindicación", dice Aouattah, que como el resto de familias se declara molt sorpresa de la respuesta y la actitud de la dirección. "Estamos muy extrañados de cómo se está gestionando todo ello", apunta Aouattah, que concreta que la mayoría de familias coincidían al afirmar que, hasta este episodio, estaban contentas con la línea pedagógica y con el trato dispensado por el instituto a sus hijos e hijas.
Renacuajo se ha puesto en contacto con la dirección del Instituto para recoger su versión pero de momento no se ha pronunciado sobre los hechos.
Los hechos tuvieron lugar el viernes 5 de febrero, coincidiendo con el inicio de Carnestoltes. Un nutrido grupo de alumnos de 3r y 4t de ESO y también de Bachillerato de Alexandre Satorras protagonizó una "sentada" a la hora del patio y se negaron a dar clase a la siguiente hora, como medida de protesta para reclamar celebración del carnaval al instituto. Vestidos la mayoría con prendas de ropa roja, desplegaron una pancarta que colgaron en una reja. El acto reivindicativo fue "pacífico y respetuoso", según coinciden al señalar las familias de sus protagonistas.
Expulsión de una semana
Durante las semanas siguientes, parte del profesorado del Instituto avisó los alumnos que serían sancionados por la protesta y por haberse negado a entrar a clase después de la hora del patio. Los afirmaron que serían expulsados y que se los prohibiría tomar parte en el viaje de final de curso. A pesar de que en un primer momento los estudiantes y las familias pensaron que la amenaza no se concretaría, a principios de esta semana madres y padres recibieron en casa una circular del Instituto notificándolos la sanción a sus hijos. Según los padres, los afectados son un total de 105 alumnos.
"No nos lo llegábamos a creer, hasta que recibimos la carta", explica Asmaa Aouattah, madre de dos de los estudiantes, de 3r y 4t de ESO, que participaron a la protesta y que han sido sancionados. "La protesta fue totalmente correcta y en ningún momento faltó al respeto", asegura Aouattah. Finalmente a los alumnos de 4t no se los prohibió el viaje de final de curso en el País Vasco porque ya se había efectuado un primer pago, pero sí que se quiso hacer efectiva la expulsión de cinco días. La movilización de las familias ha hecho que la expulsión haya quedado momentáneamente congelada, que no suspensa, a la espera que la directora del centro vuelva de un viaje en Francia.
Movilización de las familias
Madres y padres se han organizado rápidamente y el pasado miércoles celebraron una primera reunión, en la cual redactaron una carta conjunta donde muestran su disgusto y desacuerdo por la medida tomada por el Instituto. Antes de que se notificara oficialmente la sanción, la AMPA intentó reunirse con dirección, pero el encuentro no fue posible. De hecho las familias todavía no se han sentado con los responsables del Instituto; finalmente lo harán el próximo miércoles, cuando la directora ya habrá vuelto de viaje. También se han puesto en contacto con Inspección de Enseñanza, y han conseguido que de momento la sanción quedara congelada, a la espera de la reunión de miércoles.
Las familias se muestran especialmente indignadas por la carencia de interlocución de la dirección y el profesorado con ellas. "Han amenazado con sanciones nuestros hijos sin ni hablarlo antes con los padres, es una manera de cohibir y hacer desistir el alumnado de cualquier voluntad de reivindicación", dice Aouattah, que como el resto de familias se declara molt sorpresa de la respuesta y la actitud de la dirección. "Estamos muy extrañados de cómo se está gestionando todo ello", apunta Aouattah, que concreta que la mayoría de familias coincidían al afirmar que, hasta este episodio, estaban contentas con la línea pedagógica y con el trato dispensado por el instituto a sus hijos e hijas.
Renacuajo se ha puesto en contacto con la dirección del Instituto para recoger su versión pero de momento no se ha pronunciado sobre los hechos.