Rafael Català ya ha expuesto en dos ocasiones en el Espacio Renacuajo. Se estrenó en 2004 y volvió el 2009. En las dos ocasiones el artista tarraconense lo hizo con la obra que lo hace tan identificable. Aceites de bodegons y naturas muertas, donde la luz y el estudio de las texturas juegan un papel determinante. Cuadros impactantes, sobrios, de tonalidades grises, con elementos siempre comunes (libros, teles, diarios, jarrones, sillas), tocados por la luz con un punto mágico, a pesar de su gran realismo.
"Al contrario que otros muchos pintores, yo empecé siendo abstracto y me fui acercando hacia el realismo", explica Catalán, artista de una larga trayectoria que lo ha convertido en un creador de prestigio. "Dicen de mí que soy un artista de ida y retorno, ahora me encuentro bien donde soy, pero a menudo necesito marchar para acabar volviendo". Se refiere a su proceso creativo, a la necesidad de cambiar. "Si estás demasiado rato en el mismo, te acabas amanerant", explica.
Su principal obsesión, pero, es "pintar el aire", como el aire, apunta, del cuadro de Las Menines de Velàzquez, que le da aquel ambiente tan especial. "Lo digo desde la humildad, sé que son palabras mayores, pero hay que luchar para conseguir aquello que quieres". Al final, pero, aquello que importa es el camino hasta lograr el objetivo. "Es como la felicidad, que en sí misma no existe, sino que se basa en el camino que te trae a conseguir aquello que deseas. El camino es el importante". El Espacio Renacuajo vuelve a mostrar, a partir del 22 de diciembre, la obra de este gran creador, que ha expuesto en todo España y de Europa
"Al contrario que otros muchos pintores, yo empecé siendo abstracto y me fui acercando hacia el realismo", explica Catalán, artista de una larga trayectoria que lo ha convertido en un creador de prestigio. "Dicen de mí que soy un artista de ida y retorno, ahora me encuentro bien donde soy, pero a menudo necesito marchar para acabar volviendo". Se refiere a su proceso creativo, a la necesidad de cambiar. "Si estás demasiado rato en el mismo, te acabas amanerant", explica.
Su principal obsesión, pero, es "pintar el aire", como el aire, apunta, del cuadro de Las Menines de Velàzquez, que le da aquel ambiente tan especial. "Lo digo desde la humildad, sé que son palabras mayores, pero hay que luchar para conseguir aquello que quieres". Al final, pero, aquello que importa es el camino hasta lograr el objetivo. "Es como la felicidad, que en sí misma no existe, sino que se basa en el camino que te trae a conseguir aquello que deseas. El camino es el importante". El Espacio Renacuajo vuelve a mostrar, a partir del 22 de diciembre, la obra de este gran creador, que ha expuesto en todo España y de Europa