Hoy, apenas estrenado el Siglo XXI, nos encontramos en un momento histórico clave. Las estructuras financieras mundiales tambalean, y el modelo económico que ha sido vigente los últimos tiempos se lo va al última. Se habla de refundar el capitalismo sobre nuevos valores éticos y de otras muchas medidas. El sector de la construcción, ha sido uno de los paradigmas de este modelo, y ahora sufre las consecuencias en forma de una bajada que todo el mundo esperaba, pero de quién nadie en quería ver el inicio.
Este crecimiento desbocat en todos los ámbitos, se ha hecho también en base de un gran impacto ambiental. Si todo el mundo necesitara los recursos que consumen en los países desarrollados para mantener nuestro nivel de vida, serían necesarios más de 4 planetas para satisfacer las necesidades de todos. La forma de vida occidental y civilizada se mantén en base a la existencia y el mantenimiento de unos niveles y unas condiciones de vida inaceptables hoy en día, en otros partes del planeta.
En aquets contexto, el modelo de construcción y edificación que hemos tenido, es un fiel reflejo de este hecho: los edificios del mundo occidental, consumen un 50 % de los recursos del planeta, un 40 % de la energía, los residuos de construcción son el 50 % del total (cuando el PIB del sector ha estado en España es del 18 % los últimos años !!) y en definitiva, 1/3 de las emisiones de CO2 sueño producidas durante la construcción (o la fabricación de los materiales de construcción) y el uso de los edificios.
En una situación como esta, hace falta un compromiso medioambiental por parte de todo el sector, que nos traiga a unos niveles de consumo que hagan que nuestra actividad sea sostenible a largo plazo. En esta línea, uno de los pilares fundamentales es el de potenciar la rehabilitación y el mantenimiento de los edificios. La rehabilitación evita el consumo de materiales y la producción de residuos, mejora el comportamiento energético reduciendo las emisiones de CO2 y el cambio climático, alarga la vida de los edificios haciéndolos más eficientes... El gran reto medioambiental del planeta, en cuanto al sector de la construcción, no se puede plantear sin una propuesta clara por los edificios existentes que tiene que pasar forzosamente por su mantenimiento adecuado a lo largo de su vida útil y por su rehabilitación cuando sean obsoletos.
Este crecimiento desbocat en todos los ámbitos, se ha hecho también en base de un gran impacto ambiental. Si todo el mundo necesitara los recursos que consumen en los países desarrollados para mantener nuestro nivel de vida, serían necesarios más de 4 planetas para satisfacer las necesidades de todos. La forma de vida occidental y civilizada se mantén en base a la existencia y el mantenimiento de unos niveles y unas condiciones de vida inaceptables hoy en día, en otros partes del planeta.
En aquets contexto, el modelo de construcción y edificación que hemos tenido, es un fiel reflejo de este hecho: los edificios del mundo occidental, consumen un 50 % de los recursos del planeta, un 40 % de la energía, los residuos de construcción son el 50 % del total (cuando el PIB del sector ha estado en España es del 18 % los últimos años !!) y en definitiva, 1/3 de las emisiones de CO2 sueño producidas durante la construcción (o la fabricación de los materiales de construcción) y el uso de los edificios.
En una situación como esta, hace falta un compromiso medioambiental por parte de todo el sector, que nos traiga a unos niveles de consumo que hagan que nuestra actividad sea sostenible a largo plazo. En esta línea, uno de los pilares fundamentales es el de potenciar la rehabilitación y el mantenimiento de los edificios. La rehabilitación evita el consumo de materiales y la producción de residuos, mejora el comportamiento energético reduciendo las emisiones de CO2 y el cambio climático, alarga la vida de los edificios haciéndolos más eficientes... El gran reto medioambiental del planeta, en cuanto al sector de la construcción, no se puede plantear sin una propuesta clara por los edificios existentes que tiene que pasar forzosamente por su mantenimiento adecuado a lo largo de su vida útil y por su rehabilitación cuando sean obsoletos.