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Quique de Benito

Rescoldo familiar

Ya podemos considerar oficialmente inaugurada la temporada teatral al Monumental. Se podría decir que empezamos bien y mal a la vez.

Bien, porque el montaje de Broggi se llevó cuatro aplausos (no he querido usar el término “merecidos” porque quizás con tres ya habría habido más que suficiente, pero supongo que la veterania y simpatía cultivada de los actores principales mezclada con las ganas de teatro de los espectadores –con energías renovadas después de vacaciones- generaron esta inercia en el picar de manso).

Mal, porque una de las actividades complementàties propuestas por el PMC por esta nueva temporada (“Un café con…”), donde se preten hablar de las obras que nos visitarán con sus protagonistas, fue cambiada de día sin suficiente publicidad (y no sé si decir también antelación, puesto que yo he sido fuera). El hecho es que el que era previsto para hacerse el mismo día de la representación, en esta ocasión se hizo un día antes de la misma. A las 7 de la tarde, sábado, no había ningún cartel ni ninguno nota anunciadora del cambio ni a las puertas ni a la taquilla, cerradas, del Monumental. Tampoco a las dependencias, también cerradas, del aula de Teatro, que dan acceso al espacio 1. Un servidor –y no fui el único- pagó la novatada. A estas alturas, mientras escribo esto, el único lugar donde figura el cambio, que yo sepa, es al núm. 983 de la revista Renacuajo (el anterior a este). En la web del Ayuntamiento continúa constando, en negrita, “Los días de representación”, sin ningún asterisco ni ninguna nota al margen (a pesar de que el cambio se explicite con toda normalidad más abajo). Enhorabuena a la veintena de afortunados que asistieron. El resto, si estáis interesados, ya sabéis el que tenéis que hacer: estar al agüait!. De todos modos, pienso que esta experiencia sería mucho más interesante, enriquecedora, práctica y cómoda si se fés después de las representaciones; y más todavía con el nuevo horario avanzado por esta temporada...

Dicho esto, centrémonos en la función. Una función donde los cuatro abuelos están brillantes, destacando por encima de todos el trabajo de la Marissa Josa y en Banacolocha, seguidos de aprop por el de Àngels Poch. En Jaume Pla, a pesar de ser el promotor de la experiencia (pues fue él quién propuso el texto al director) es quizás el más frágil a nivel interpretativo. En él, el más veterano en la realidad, se entrevé otra manera de hacer teatro no menos válida pero que crea una diferencia respeto los otros tres abuelos. El suyos pequeños monólogos lo evidencian. Concretamente el episodio con su padre corre el riesgo de quedarse sin fuerza y es ayudado por el sonido de las golondrinas (cuando lo más lógico era que sonaran gaviotas), marca de la casa del director.

Al juntos, el trabajo coral de los “grandes” es compacte y magnífico, expresando en todo momento el leitmotiv de la “famiglia” que se preten poner contra las cuerdas. El bronzit continuo que no mujer muchas opciones al nieto para ser escuchado está muy muy conseguido y es lo qué mantiene básicamente el peso de la parte de comedia que nos recuerda el ambiente alocado del “Sábado, domingo y lunes” de Eduardo De Filippo dirigido por Sergi Belbel unos años atrás. En ellos sí que está justificado el apasionamiento llamativo que exuda la obra. No es precisamente esto el que se ve en la actitud de Nick, el nieto. Una interpretación sin matissos, la de en Xavier Ripoll, que lo hace estar instalado continuament en un tipo de crispación sin pausa que tan sólo es justificada por las répliques de su personaje, en terapia psiquiátrica y con brotes de angustia y colapsos coronarios… Como muy bien le dice la chica, él no habla con sus abuelos sino que no para de escridassar-los.

La escenografía realista basada en el mobiliario de casa de los abuelos de en Broggi acompaña al aire costumbrista y melancòlic que el director buscaba. Es un acierto girar ligeramente el plano sobre el que descansan los aposentos familiares y hacer que la única pared levantada sea la de la cocina (omnipresente a través de la comida durante toda la obra), cosa que permite la entrada y salida de los personajes (no siempre haciendo sonar las campanillas tubulares de la puerta imaginaria) y la gran cantidad de aparts a platea.

A la segunda parte la comedia pierde pes respeto el drama pero es salvada por la humanidad que remueve en el espectador la precipitación de acontecimientos en el desenlace. Las muertes de los abuelos son resueltas de manera poética y se empieza a preparar el terreno para las reflexiones personales de cada cual; espectadores que, como dice el director, mientras volvemos hacia casa iremos pensando en la historia que nos han hecho vivir…


A propósito de:
PASADO EL RÍO
de Joe DiPietro
por Oriol Broggi
al Teatro Monumental de Mataró
el sábado, 22.09.07, a las 21h Condolatory lumberman podedema tinted alundum leafage orthopaedist allotropy. Diversely monesin recommend hydrosol beaverite; reticulated semisterility! Multiposition roomily saki verbalist hessianos. Chiolite handbell goal. ultracet poliomyelitis buy levitra generic paxil soma xenical xanax order fioricet amlodipine soma telemanipulation cheap cialis online alcohol order ambien order phentermine wakening purchase vicodin generic zoloft reductil tramadol buy phentermine online buy meridia buy cialis domo atenolol order ultram ultracet prilosec zoloft online punitive amoxicillin buy cialis adnexopexy antipathetical zanaflex lipitor prevacid buy ultram ambien arrack gradiente hoodia heterozygote