Las instituciones se tienen que implicar al conmemorar el centenario del Novecentismo como es debido, dijo el pintor mataroní Santi Extraño hijo del célebre artista Rafael Extraño- en el transcurso de la mesa redonda titulada "El Novecentismo en Mataró ", que tuvo lugar viernes a Can Palacete con motivo del 150 aniversario de Valldemia y la celebración sábado 13 de mayo del primer centenario del movimiento noucentista. Según Extraño, Cataluña tiene una deuda con esta época esplendorosa del arte del siglo XX que tiene que ser saldado.
El acto también homenajeó el arquitecto mataroní Josep Goday (1882-1936), en commemmoració del 70è aniversario de su muerte. Goday fue responsable, entre otros trabajos, de la ampliación de la escuela Valldemia y, según Santi Extraño, es uno de los grandes arquitectos noucentistes del Maresme, junto con Joaquim Torres y Garcia. Extraño también destacó la figura de Cañellas, versátil colaborador de Josep Goday y ampliador de su obra a Valldemia con los esgrafiados.
El Novecentismo estuvo estrechamente vinculado a la gestión política de la Mancomunidad, y es que el Presidente Enric Prat de la Riba ejerció de figura orientadora de este movimiento caracterizado por el regreso al clasicismo, a la herencia greco-romana y por la simplicidad, guiando a menudo los arquitectos a través de su criterio. En el caso de Goday, esta relación traspasar el ámbito político y estableció una fructífera relación profesional con el arquitecto y político mataroní Josep Puig y Cadafalch -sucessor de Prat de la Riba como Presidente-, del cual fue colaborador y continuador de su obra. Juntos van el·laborar una buena parte de los cuatro volúmenes de la obra de cabecera La arquitectura románica en Cataluña, que se publicaron en el primer tercio del siglo pasado. Según el arquitecto Joan Bassegoda, uno de los ponentes a la mesa, Josep Goday trabajó mucho durante su breve carrera. Es sorpresivo ver el trabajo que hizo con sólo 54 años de vida y que lo llevó a hacer proyectos por todo Cataluña, comentó. El homenajeado también estableció relación profesional con Antoni Gaudí, puesto que se encargó de la decoración interior de las aulas escolares del Parque Güell.
El arquitecto Agàpit Borràs se alejó de la figura de Josep Goday para hablar de la presencia noucentista y de su precursor, el Modernismo, en Mataró: Hay un grueso de grandes arquitectos concentrados en el conetxt de una ciudad mediana como Mataró: Elias Rogent, Josep Puig y Cadafalch, Miquel Chaparral Roca o Antoni Gaudí, explicó. En cuanto al Modernismo, Borràs destacó la importancia del eje Rogent-Gaudí, que comprende el edificio de la Prisión y el desvío de la riera de Santo Simó las dos obra de Rogent- y la nave de la Cooperativa Obrera La Mataronense, proyectada por Gaudí. Es sencilla, pero destaca por el uso de los arcos catenaris que serían una constante en la carrera de Gaudí, señaló el arquitecto.
Según Borràs, Puig y Cadafalch es el ejemplo de la generación que enlaza el movimiento modernista y el noucentista. Como arquitecto municipal de Mataró, actuó siguiendo criterios de higiene y salubridad, tal como también hizo Josep Goday. El también atquitecte municipal Garrica Roca ya se inscribe en el neoclasicismo noucentista: el Ayuntamiento, la Pescadería y el Cementerio son las obras que se pueden apreciar en Mataró. Más adelante Chaparral Roca proyectaría el teatro barcelonés del Liceo, pero sus inicios, como los de este grupo de grandes arquitectos catalanes, estuvieron en nuestra ciudad. Mataró, una ciudad dinámica, los ofreció el primer contacto con la profesión, que los permitió llegar lejos, concluyó Borràs.
El acto también homenajeó el arquitecto mataroní Josep Goday (1882-1936), en commemmoració del 70è aniversario de su muerte. Goday fue responsable, entre otros trabajos, de la ampliación de la escuela Valldemia y, según Santi Extraño, es uno de los grandes arquitectos noucentistes del Maresme, junto con Joaquim Torres y Garcia. Extraño también destacó la figura de Cañellas, versátil colaborador de Josep Goday y ampliador de su obra a Valldemia con los esgrafiados.
El Novecentismo estuvo estrechamente vinculado a la gestión política de la Mancomunidad, y es que el Presidente Enric Prat de la Riba ejerció de figura orientadora de este movimiento caracterizado por el regreso al clasicismo, a la herencia greco-romana y por la simplicidad, guiando a menudo los arquitectos a través de su criterio. En el caso de Goday, esta relación traspasar el ámbito político y estableció una fructífera relación profesional con el arquitecto y político mataroní Josep Puig y Cadafalch -sucessor de Prat de la Riba como Presidente-, del cual fue colaborador y continuador de su obra. Juntos van el·laborar una buena parte de los cuatro volúmenes de la obra de cabecera La arquitectura románica en Cataluña, que se publicaron en el primer tercio del siglo pasado. Según el arquitecto Joan Bassegoda, uno de los ponentes a la mesa, Josep Goday trabajó mucho durante su breve carrera. Es sorpresivo ver el trabajo que hizo con sólo 54 años de vida y que lo llevó a hacer proyectos por todo Cataluña, comentó. El homenajeado también estableció relación profesional con Antoni Gaudí, puesto que se encargó de la decoración interior de las aulas escolares del Parque Güell.
El arquitecto Agàpit Borràs se alejó de la figura de Josep Goday para hablar de la presencia noucentista y de su precursor, el Modernismo, en Mataró: Hay un grueso de grandes arquitectos concentrados en el conetxt de una ciudad mediana como Mataró: Elias Rogent, Josep Puig y Cadafalch, Miquel Chaparral Roca o Antoni Gaudí, explicó. En cuanto al Modernismo, Borràs destacó la importancia del eje Rogent-Gaudí, que comprende el edificio de la Prisión y el desvío de la riera de Santo Simó las dos obra de Rogent- y la nave de la Cooperativa Obrera La Mataronense, proyectada por Gaudí. Es sencilla, pero destaca por el uso de los arcos catenaris que serían una constante en la carrera de Gaudí, señaló el arquitecto.
Según Borràs, Puig y Cadafalch es el ejemplo de la generación que enlaza el movimiento modernista y el noucentista. Como arquitecto municipal de Mataró, actuó siguiendo criterios de higiene y salubridad, tal como también hizo Josep Goday. El también atquitecte municipal Garrica Roca ya se inscribe en el neoclasicismo noucentista: el Ayuntamiento, la Pescadería y el Cementerio son las obras que se pueden apreciar en Mataró. Más adelante Chaparral Roca proyectaría el teatro barcelonés del Liceo, pero sus inicios, como los de este grupo de grandes arquitectos catalanes, estuvieron en nuestra ciudad. Mataró, una ciudad dinámica, los ofreció el primer contacto con la profesión, que los permitió llegar lejos, concluyó Borràs.