El Santo Rebrote de este año nos ofrece un cierto sabor a déjà vu puesto que mantiene el talante de las últimas ediciones. Sigue nedarnt entre dos aguas, intentando ligar populismo y calidad y mantiene la clara línea descendente de hace unas temporadas. Así la muestra se convierte en un ser indefinible que contenta raramente a nadie y que a buen seguro ha perdido buena parte de su sentido.
El Santo Rebrote actual sufre una crisis de identidad. Sin la participación de un buen grueso de los artistas más consagrados y conocidos, con la indiferencia y una exigua participación por parte de los artistas jóvenes y con el olvido total por parte de los creadores de las vertientes más contemporáneas, la exposición queda en una muestra esencialmente figurativa que parece más un aceptable festival de fin de curso que no el que tendría que ser en verdad : el muestrario de la realidad del arte que se practica en la ciudad.
Los causantes no sueño unos, si no todos. A la organización se le tiene que reprochar que no acabe de definir su Santo Rebrote con una apuesta en la que quiere Y luto. Quiere los mejores pero le duelen los aficionados, en un falso mantenimiento del llamado espíritu del Santo Rebrote que no tenemos que engañar nadie, fue una muestra creada por Y para profesionales con la pequeña coletilla de algún que otra recién llegado.
Pero los artistas en sueño también muy culpables puesto que su posición es igual de ambigua. También ellos quieren y duelen. Todos quieren el lucimiento, que por los bonos pasa por que el nivel sea alto, mientras que por los menos bonos el que los interesa es un nivel flojo para destacar. De aquí unas ausencias que en algunos casos sueño del todo injustificadas.
Visto el Santo Rebrote de este año fácilmente el pensamiento vuela ninguno el verso de Salvat-Papasseit. Que para volver a nacer necesitáis morir . El Santo Rebrote tal Y cómo está ahora sólo tiene la salida de la muerto verso la que anda con pasas lentas.
Pero morir no quiere decir desaparecer. El Santo Rebrote tal y cómo está ahora no tiene ni presente ni futuro y por lo tanto hay que reinventarlo para levantar el vuelo como ave fénix, Hay que hacerlo apostando para sus verdaderas fechas ( alrededor del 18 de Octubre), buscando ampliar espacios ( Can Arenas ) buscando complicidades con los estamentos oficiales Y con los grupos que ahora le dan la espalda. Multiplicando los actos En una palabra convirtiendo a la muestra en la verdadera Fiesta Mayor del Arte de la ciudad. Si el Santo Rebrote quiere apostar por la calidad, y creo que lo tendría que hacer, sólo le queda reinventarse, si no la colectiva será una muestra por padres, madres, abuelos y tiets, que no tendrá ningún tipo de trascendencia.
Yendo a la realidad de este año es recomendable deturar-se en las piezas de los escasos artistas consagrados presentes puesto que casi todos ellos presentan trabajos dignos de su trayectoria y su reconocimiento. Después hay que prestar atención en aquel grueso de artistas conocidos pero que no llegan al que podríamos decir top local. En muestras como esta el que hay que valorar es más el salto cualitativo adelante ( sentido relativo ) que no la valía real del trabajo ( sentido absoluto). En este concepto de mejora hay que apuntar en Montserrat Pozos, de Antonio, Paloma Rodríguez, Imma Benet, Jordi Torrent Y Josefina Enrich.
Hace falta igualmente buscar la sorpresa en forma de nombre desconocido, que este año recae en Jordi Santamaria y Eulàlia García Hernández, y finalmente en los escasos jóvenes, personalizados por Anna García y Marc Sala que han sido los seleccionados por parte del jurado para una muestra de cariz individual.
Después, y como consejo fundamental para la supervivencia, huir de manera esperitada ante una treintena de obras que no habrían haber pasado cualquier corte, por suave y benevolente que este haya sido Y acabar haciendo vistazo general a la sala y despedirse con la mirada de la obra "Sentado" de Eduard Novellas . Sin ningún tipo de duda, el mejor de toda la exposición.
Una exposición con más pasado que futuro Y que se tiene que reinventar si quiere sobrevivir., que es el que desitjem con toda fuerza.
El Santo Rebrote actual sufre una crisis de identidad. Sin la participación de un buen grueso de los artistas más consagrados y conocidos, con la indiferencia y una exigua participación por parte de los artistas jóvenes y con el olvido total por parte de los creadores de las vertientes más contemporáneas, la exposición queda en una muestra esencialmente figurativa que parece más un aceptable festival de fin de curso que no el que tendría que ser en verdad : el muestrario de la realidad del arte que se practica en la ciudad.
Los causantes no sueño unos, si no todos. A la organización se le tiene que reprochar que no acabe de definir su Santo Rebrote con una apuesta en la que quiere Y luto. Quiere los mejores pero le duelen los aficionados, en un falso mantenimiento del llamado espíritu del Santo Rebrote que no tenemos que engañar nadie, fue una muestra creada por Y para profesionales con la pequeña coletilla de algún que otra recién llegado.
Pero los artistas en sueño también muy culpables puesto que su posición es igual de ambigua. También ellos quieren y duelen. Todos quieren el lucimiento, que por los bonos pasa por que el nivel sea alto, mientras que por los menos bonos el que los interesa es un nivel flojo para destacar. De aquí unas ausencias que en algunos casos sueño del todo injustificadas.
Visto el Santo Rebrote de este año fácilmente el pensamiento vuela ninguno el verso de Salvat-Papasseit. Que para volver a nacer necesitáis morir . El Santo Rebrote tal Y cómo está ahora sólo tiene la salida de la muerto verso la que anda con pasas lentas.
Pero morir no quiere decir desaparecer. El Santo Rebrote tal y cómo está ahora no tiene ni presente ni futuro y por lo tanto hay que reinventarlo para levantar el vuelo como ave fénix, Hay que hacerlo apostando para sus verdaderas fechas ( alrededor del 18 de Octubre), buscando ampliar espacios ( Can Arenas ) buscando complicidades con los estamentos oficiales Y con los grupos que ahora le dan la espalda. Multiplicando los actos En una palabra convirtiendo a la muestra en la verdadera Fiesta Mayor del Arte de la ciudad. Si el Santo Rebrote quiere apostar por la calidad, y creo que lo tendría que hacer, sólo le queda reinventarse, si no la colectiva será una muestra por padres, madres, abuelos y tiets, que no tendrá ningún tipo de trascendencia.
Yendo a la realidad de este año es recomendable deturar-se en las piezas de los escasos artistas consagrados presentes puesto que casi todos ellos presentan trabajos dignos de su trayectoria y su reconocimiento. Después hay que prestar atención en aquel grueso de artistas conocidos pero que no llegan al que podríamos decir top local. En muestras como esta el que hay que valorar es más el salto cualitativo adelante ( sentido relativo ) que no la valía real del trabajo ( sentido absoluto). En este concepto de mejora hay que apuntar en Montserrat Pozos, de Antonio, Paloma Rodríguez, Imma Benet, Jordi Torrent Y Josefina Enrich.
Hace falta igualmente buscar la sorpresa en forma de nombre desconocido, que este año recae en Jordi Santamaria y Eulàlia García Hernández, y finalmente en los escasos jóvenes, personalizados por Anna García y Marc Sala que han sido los seleccionados por parte del jurado para una muestra de cariz individual.
Después, y como consejo fundamental para la supervivencia, huir de manera esperitada ante una treintena de obras que no habrían haber pasado cualquier corte, por suave y benevolente que este haya sido Y acabar haciendo vistazo general a la sala y despedirse con la mirada de la obra "Sentado" de Eduard Novellas . Sin ningún tipo de duda, el mejor de toda la exposición.
Una exposición con más pasado que futuro Y que se tiene que reinventar si quiere sobrevivir., que es el que desitjem con toda fuerza.