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La directora y la cabe de estudios del instituto Mar Mediterránea

Redacció

Se hacen grandes

Dos centros mataronins crecen para convertirse en instituto escuela, la gran novedad del curso 2018-2019

El salto de primaria a ESO es uno de aquellos momentos definitorio para todo niño del país. Uno de los momentos en que niñas y niños "se hacen grandes". Pero en Mataró este año este rol no corresponde tan sólo a los alumnos: hay dos centros que también crecen y cambian de etapa: Tomàs Viñas (Instituto Mar Mediterránea del nuevo curso en adelante) y Àngela Bransuela. Ofrecerán desde el curso P-3 hasta el curso de 1r de ESO e irán creciendo a un ritmo de un nivel académico por curso, hasta completar la etapa de educación secundaria obligatoria. La aparición de estos dos centros responde, como la apertura del Instituto Cinco Sènies el año pasado, a la necesidad de dar respuesta al aumento de la demanda de ESO, fruto de la evolución demográfica. El instituto-escuela es un formato hasta ahora casi inédito en la educación pública obligatoria, que permite a sus alumnos hacer el salto de primaria a secundaria sin cambiar de centro educativo. Hablamos con los dos centros porque nos expliquen como encaran la transformación.

Mirando hacia el mediterráneo

Tomás Viñas era un escolapio mataroní, humanista y traductor, que desde 1976 da nombre a una de las escuelas públicas más grandes del barrio de Cerdanyola. 42 años más tarde cambia de nombre, para pasar a decirse "Instituto Mar Mediterráneo". "No perderemos la memoria del que hemos sido", explican Aurora Vera y Marta Casas, directora y ninguno de estudios respectivamente del centro. Pero el cambio de nombre es, obviamente, el indicador más obvio de la nueva etapa que se abre por esta escuela. Al igual que Àngela Bransuela, las dimensiones del edificio y el hecho que, por motivos varios (demográficos y socioeconómicos) en los últimos años haya descendido la demanda de primaria han sido clave porque el antiguo Tomàs Viñas haya sido escogido para hacer el salto a escuela-instituto. Un salto que desde la dirección del centro reciben con los brazos abiertos.

"Hemos tenido mucha demanda de profesores de secundaria que querían trabajar con nosotros, y nos ha sido difícil elegir"

"Lo vemos como una oportunidad para nuestros alumnos", resuelve Casas. El actual Mar Mediterráneo se considera un centro con alumnado en situación de riesgo de exclusión social, el cual es especialmente sensible a los efectos negativos que puede comportar el salto de la primaria a la secundaria. "El paso al instituto a menudo no es demasiado bono para alumnos como el nuestro", explica la ninguno de estudios, que considera que el hecho que a partir de ahora puedan hacer la secundaria al mismo centro donde han cursado primaria los tiene que ser de gran ayuda. "Los conocemos de pequeños y los podemos acompañar en el proceso, continuarán con la misma metodología, compañeros y en torno... Creemos que será muy positivo para evitar cuestiones como el abandono escolar", añade Vera.

"Es una etapa muy nueva y diferente en todos los sentidos, con ninguna experiencia similar en Mataró y muy pocas al conjunto del país"

Evidentemente, la conversión en instituto-escuela es un rebombori interno para el antiguo Tomàs Viñas. "Es una etapa muy nueva y diferente en todos los sentidos, con ninguna experiencia similar en Mataró y muy pocas al conjunto del país", explica la directora. Las instalaciones mutan para empezar a acoger estudiantes de secundaria, de momento tres líneas de 1r de ESO con un alumnado formado mayoritariamente de estudiantes que el curso pasado feinen 6è de primaria a Tomas Viñas, pero también provenientes otras escuelas de la ciudad. También lo ha hecho la plantilla, que ha incorporado varios profesores de secundaria, un proceso de selección conducido por la propia dirección del centro que, según apuntan, ha resultado muy positivo. "Hemos tenido mucha demanda y nos ha sido difícil elegir, y sólo había que ver como en julio los teníamos trabajando con nosotros sin la plaza todavía asegurada", explica la ninguno de estudios. Desde el centro también quieren apostar por un modelo educativo diferenciador, que apuesta por el trabajo cooperativo y por proyectos.


Un proyecto querido desde hace años

En el caso de Àngela Bransuela, el proyecto de acontecer instituto-escuela viene de largo. Si hubiera sido por ellos, hace tiempo que ya lo serien. "Ha sido un anhelo prolongado a lo largo de muchos años por parte de toda nuestra comunidad educativa", resuelve el director del centro, Cesc Torner. Él mismo recuerda como cuando hace un tiempo parecía que el centro del barrio de Rocafonda sería Instituto Escuela "todo el claustro se abocó con entusiasmo para dar respuesta a aquella nueva realidad que entonces no se produjo". Ahora que al fin ya lo es, "hemos recuperado aquel espíritu con ilusión", añade.[banner-AMP_5]

"Garantiza una continuidad pedagógica y de vínculo emocional de nuestros alumnos en el difícil paso entre primaria y secundaria"

Las instalaciones del centro, uno de los más grandes de la ciudad, y su ubicación lo han hecho idóneos para dar cabida a alumnas de 3 a 16 años. Un proyecto en el cual el equipo pedagógico de Àngela Bransuela cree firmemente, por motivos similares a los que expresan desde el Mar Mediterránea. "La ventaja principal es la garantía de una continuidad pedagógica y de vínculo emocional de nuestros alumnos en el difícil paso entre la Educación Primaria y la Secundaria", relata Torner. Según el director, facilita a las familias, en un momento en que las situaciones laborales son complejas, la conciliación familiar al tener todos los hijos e hijas en el mismo centro. "De inconvenientes, en principio, no vemos ninguno", asegura.[banner-AMP_6]

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