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Entrada del frankfurt Flori's, con el cartel de 'prohibido fumar'

Vern Bueno

«Sin humo trabajamos mejor y los clientes de siempre siguen viniendo»

Tres establecimientos mataronins relatan la experiencia positiva de nuevo meses sin humo

El 90% del conjunto de bares y restaurantes mataronins siguen permitiendo fumar a su establecimiento. Esta cifra aumenta todavía más en el caso de los locales menores de 100 m2. La ley del tabaco da a estos establecimientos la opción de elegir, y la mayoría han optado para seguir tolerando el tabaco por miedo a perder la clientela fumadora. Por este motivo, nuevo meses después de la entrada en vigor de la ley del tabaco, todavía resulta muy complicado encontrar en la capital del Maresme, igual que en todo Cataluña, un espacio libre de humo.

Aún así, hay locales que desde principios de año se atrevieron a prohibir fumar, una experiencia osada que, al contrario del que se temía desde el sector, los ha salido positiva. Es el caso del bar Peramàs, ubicado en la plaza Serra y Cifra. Un establecimiento de configuración similar a las decenas de bares que encontramos en la zona pero con una particularidad que lo diferencia de los otros: el ambiente está mucho menos cargado y el olor del café y de la comida es la que predomina. «Hemos mantenido la clientela de siempre», asegura en Juan Manuel Graia, camarero del local. A pesar de que los habituales del Peramàs se sorprendieron de la decisión, bien pronto se acostumbraron a salir a la terraza cuando los apetecía fumar. «Este es el mejor bar de Mataró, con o sin tabaco», constata un cliente. Además, en Juan Manuel destaca que desde el 1 de enero trabaja «en condiciones muy mejores», a pesar de que él es fumador.

Nueva clientela
«No me arrepiento », explica Dolors Florido, que convirtió su establecimiento, el frankfurt Flori's, en un espacio sin humo. Tenía muchas dudas y no lo decidió hasta el mismo 1 de enero, pero le ha salido bien. «Ahora vienen familias con niños y madres con los cochecitos, y esto se sigue llenando», constata Dolors. Desde la prohibición, se ha dado una circunstancia curiosa: los clientes habituales del Flori's que antes tan sólo se saludaban, desde que coinciden a la puerta del bar para hacer el pitillo se han hecho amigos y ahora juntan las mesas en el interior para hacer estallar la charla.

El caso del establecimiento Tabalot es un pelo diferente, puesto que la ley no permite que se fume al tener licencia de panadería, a pesar de que tiene barra y mesas para degustación. Su propietario, Rafael Montcada, asegura que si fuera por él habría seguido tolerando el tabaco, pero a pesar de la crisis de clientes de los primeros meses, ahora ha remontado el vol. Lamenta que la legislación «sí que permita fumar a muchos bares donde se manipulan tantos alimentos como a mi establecimiento».

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