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Emili Ramos

Tenemos derechos los viejos?

La sociedad occidental de acá la implantación de la tecnología industrial más avance en todo tipo de procesos de fabricación y de la mejora sanitaria en cuando a investigación y aplicación práctica en la farmacología y dietética ha mejorado considerablemente en la esperanza de vida de las personas, que de año en año se va acrecentando y parece, tal como pasa con las marcas atléticas, que no haya límitació a la vista.

Esto preocupa, quita el sueño y pone nerviosos alss gobernantes, particularmente a los economistas; tienen pavor, tal como ha dicho el actual ministro de Economía español: "a la larga pueden poner en peligro, la gente mayor, el equilibrio presupuestario".

Se habla de implantar una ley de dependencia de las personas grandes y, como todo, té un coste, parezco ser que el P.I.B. (Producto Interior Sucio), se subiría en un 0'7%, ve por donde el mismo famoso percentage que tan generosamente prometieran aplicar en ayudas en el Tercer Mundo y que nunca se llega a cumplir.

Tal como señala la socióloga Eulàlia Solé en un reciente artículo publicado al diario La Vanguardia, el hecho de que unos cercanos 15 o 20 años habrá aumentado el censo de gente mayor de 50 años y que sobrepasando el 50% del votantes constituimos mayoría absoluta en el electorado, no los dejará aplicar las reformas como la de recortar las prestaciones y castigarlos a una vejez miserable, cosa que por desdicha ya en sueño muchos quela sufren.

Dice la citada escritora que si en 1948 fue instituida la Declaración Universal del Derechos Humanos y que no obstante que este documento por él mismo ya tendría que esser suficiente, las Naciones Unidas, por el 1989, vàren proclamar también, la Declaración de los Derechos de la Infancia; por cuando, pues, se instituïran los Derechos de la Vejez Digna, cosa que comportaría que nadie poguès negarnos, a los jubilados, el derecho a una paga y agombolaments decentes hasta el final de nuestra existencia.

No tendría que importar que la Seguridad Social tuviera carencia o excedente, sueño los presupuestos mismos del sido los que tienen que aportar todo el que se necesita por el Derechos de los Ancianos, es un capítulo fundamental. Porque, hay que preguntarse: la sociedad tiene que omitir nuestra contribución al actual bienestar?

Cuando éramos jóvenes y teniem vida laboral activa, y contributiva, que hicimos?: trabajar, procrear, cuidar la familia y mejorar tanto como poguerem la sociedad que nos tocó para llegar donde estamos ahora.

Si los niños, futuro indefectible, tienen derecho en la educación, a la salud, a los servicios sanitarios y a la protección de la familia. cueste el que cueste, nosotros que hemos hecho posible que ellos ahora estén, porque no somos merecedores de un trato digno?

Valga esta modesta apostilla como reconocimiento al bien escribir y razonada exposición de la escritora y socióloga Eulàlia Solé.

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