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Ross durante la explicación del cuento a Robafaves Joven.

E. Castarnado

Tony Ross sorprende grandes y pequeños con la expresividad de sus dibujos

El ilustrador británico visita Robafaves Joven y divierte el público explicando los secretos de su obra

“Tenéis unos niños muy crescudets en este país!”, comentó el ilustrador Tony Ross al observar que entre la veintena de personas que habían venido a escuchar su cuento, sólo había dos menuts. “Esto hace un poco de respeto, así que os lo explicaré a vosotros dos sólo”, dijo dirigiéndose a un niño y una niña que lo miraban astorats desde la primera fila. Este fue el curioso inicio de la actividad que protagonizó el británico ayer lunes, día 20, a Robafaves Joven, y que, a lo largo de la tarde, provocó las risas de todos los presentes.

Unas hojas de papel en blanco y un rotulador fueron todo el que necesita Ross para meterse el público en el bolsillo. Con trazos rápidos y seguros fue dibujando un cuento que acompañaba con la voz. “Esta es la historia de un hombre que se dedicaba a extraer piedras de una montaña”, empezó el inglés, que iba tirando pausas en la narración para facilitar el trabajo a la traductora. “Cómo que hace mucho calor y es muy viejo, desea con todas sus fuerzas convertirse en un soldado fuerte y joven, y un ángel baja del cielo y le concede”, continuó.

El protagonista del cuento, que Ross plasmaba a las hojas en blanco combinando expresividad y sencillez, deseaba convertirse en una otro cosa durante todo el relato: en rey, en solo, en nube y finalmente en montaña. “Pero un golpe le conceden ser montaña se da cuenta que hay alguien que le está picando el pie y que le hace mucho mal, así que desea volver a ser el hombre que extrae piedra de la montaña”, explicó el narrador. Este final, como la mayoría de cuentos, es una reflexión: cada cual se tiene que aceptar a él mismo y no querer ser otra persona.

Todo un mundo imaginario
El cuentista Pep Duran decía mientras presentaba el ilustrador invitado: “Es capaz de expresar todo su mundo imaginario de una manera tan fácil y viva que enseguida conecta con los niños”. De hecho, la actuación de ayer no dejó ninguna duda que Tony Ross todavía guarda su espíritu de niño. “No dibujo pensando en el que entenderán los niños, simplemente es que ya me sale así y es una suerte”, explicó el inglés, que también compartió con los presentes qué fue su primer dibujo de pequeño: un barco víquing. La sorpresa, pero, vino cuando desveló que por aquella primera obra de arte usó como apoyo la pared de su habitación.