En el pleno del pasado jueves el presidente del Patronato de Cultura, Jaume Graupera, anunció que la actuación del cantante brasileño Carlinhos Brown había costado sesenta mil euros (diez millones de las antiguas pesetas) en respuesta a una pregunta del grupo municipal popular.
Según Graupera, la inversión se ha amortizado, puesto que la cifra de asistencia, 22.000 personas, era correcta: "El concierto puso a prueba el rendimiento de la ciudad, hubo una organización modélica, se demostró un gran civismo y sirvió para promover otros grupos locales que nunca habían tocado ante tanta gente". El titular de Cultura explicó que el nombre de Mataró había salido a centenares de webs, algunas en Brasil, y a las agendas de los principales diarios.
El presidente del Patronato de Cultura recordó que en el concierto de 2003 sólo asistieron quinientas personas y que en cambio costó más de una décima parte del que coste final de Carlinhos Brown, unos nuevo mil euros (un millón y medio de pesetas). Graupera también dijo que otros conciertos como el de Àlex Ubago y David Bisbal "sólo" habían acogido mil-cinco centes y siete mil personas personas respectivamente.
Después de la intervención del regidor de Cultura, el portavoz popular Paulí Mojedano ironizó sobre la "generosidad económica" de la ciudad y criticó duramente Graupera: "Nos preguntamos qué se habría podido hacer con este dinero». Por Mojedano, el trabajo del político tiene que ser decidir la política cultura y no traer grandes estrellas mediáticas a base de abocar dinero: "Usted no tiene pebrotets de salir adelante propuestas como el de la rumba catalana", le espetó finalmente.
Según Graupera, la inversión se ha amortizado, puesto que la cifra de asistencia, 22.000 personas, era correcta: "El concierto puso a prueba el rendimiento de la ciudad, hubo una organización modélica, se demostró un gran civismo y sirvió para promover otros grupos locales que nunca habían tocado ante tanta gente". El titular de Cultura explicó que el nombre de Mataró había salido a centenares de webs, algunas en Brasil, y a las agendas de los principales diarios.
El presidente del Patronato de Cultura recordó que en el concierto de 2003 sólo asistieron quinientas personas y que en cambio costó más de una décima parte del que coste final de Carlinhos Brown, unos nuevo mil euros (un millón y medio de pesetas). Graupera también dijo que otros conciertos como el de Àlex Ubago y David Bisbal "sólo" habían acogido mil-cinco centes y siete mil personas personas respectivamente.
Después de la intervención del regidor de Cultura, el portavoz popular Paulí Mojedano ironizó sobre la "generosidad económica" de la ciudad y criticó duramente Graupera: "Nos preguntamos qué se habría podido hacer con este dinero». Por Mojedano, el trabajo del político tiene que ser decidir la política cultura y no traer grandes estrellas mediáticas a base de abocar dinero: "Usted no tiene pebrotets de salir adelante propuestas como el de la rumba catalana", le espetó finalmente.