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Jaume Roig

Tú te’ls cruces?

Una y otra vez, unos y otras, nos dicen que la única manera de salir de la crisis es la reforma laboral. Y esto es así porque se ha construido la teoría que descausalitzar la contratación y facilitar el despido incentiva la creación de puestos de trabajo. Tú te los crees?

La experiencia nos dice que esto no es así. Más bien es todo al contrario. Quizás sí que las respuestas a corto plazo han satisfecho necesidades políticas de coyuntura, pero a la larga nos han dejado el panorama que tenemos. Y añado, no sólo para los trabajadores y trabajadoras las consecuencias de las reformas laborales han sido muy malas, también para el tejido económico.

A estas alturas, alguien se cree que crear ocupación depende de las leyes laborales y de su reforma? Como mucho, esto pensamos desde el sindicato, se pueden pactar cambios que contribuyan a la creación de puestos de trabajo o que no dificulten esta creación de ocupación. Las causas que han traído a esta crisis económica y de ocupación son otras. Sin consumo interno, sin financiación a las empresas y con el endeudamiento público al límite, parece que lo tendremos muy crudo para una salida rápida de la crisis. Y hay que añadir que nuestra capacidad de competir en los mercados internacionales es limitada.

La descausalització del contrato de trabajo es en la base de los problemas de nuestra ocupación. Las reformas laborales muy probablemente han servido para provocar el efecto contrario del que pretendían. La reforma laboral de 1984 ayudó a crear un clima social que está detrás de los abusos en la contratación temporal. La reforma de 1994, legalización de las ETT, hizo posible romper el principio de igual salario por trabajos del mismo valor. Se ha intentado combatir la temporalidad con bonificación y tampoco ha servido de nada. Como mucho, sirvió coyunturalmente. ¿Hay que explicar como se ha convertido el despido improcedente en una dejación unilateral del empresario sin causa ni control judicial y con indemnización tatxada?

Todos estos años los empresarios han tenido muchos incentivos para no usar la organización flexible del trabajo como un elemento de ajuste de la ocupación y, a la vez, de mejora de la productividad. A nuestros ojos las reformas del mercado de trabajo tienen que ir encaminadas a penalizar el uso de la temporalidad, primero la fraudulenta, y a incentivar la flexibilidad pactada al servicio de las empresas y de las personas. En este sentido, quien tiene muchos deberes a hacer es el sector público, que directamente o indirectamente es agente creador de precariedad.

Tú te los crees?, preguntaba al empezar. Aunque el debate sobre la crisis, el mundo de la política, el empresarial y los medios, lo hayan convertido en un debate sobre la reforma laboral, tú te lo crees? La salida de la crisis, también en cuanto a la creación de ocupación de calidad, tiene que venir de la mano del cambio de modelo productivo. Hay que cambiar la composición sectorial de nuestra ocupación, se tiene que reducir el exceso de dependencia de la construcción residencial y del turismo estacional. También hay que apostar por empresas de servicios a las empresas, por empresas de los sectores ambientales y también por empresas del sector de atención a las personas. Y todo aliñado con una estrategia clara de apuesta por la formación profesional y por la educación de las nuevas generaciones.

Una última reflexión. Más muy dicho, un toque de alerta. No pensamos que salir de la crisis será rápido. Por desgracia, los parados de larga duración cada vez serán más y las personas y familias con dificultades y necesidades sociales, también.

Desde el sindicato decimos que es necesario promover una salida solidaria de la crisis y hacer de la necesitado virtud, apostar por un modelo de crecimiento más sólido, más justo y sostenible.