La protagonista de Hanna también se podría decir Dorothy, Gretel, Alícia o cualquiera de los nombres de las heroínas de los cuentos que leíamos de pequeños. Porque detrás este thriller de espías con toques de ciencia ficción se esconde en realidad un macabro cuento de hadas y brujas con aires posmodernos. La estructura del cuento clásico descrita por Vladimir Propp convive en este film de Joe Wright con una pone en escena deliberadamente esteticista y coreográfica, y es la combinación de tradición y posmodernidad el gran acierto de este film no siempre exitoso, pero bastante inclasificable como merecer cierta atención. Otro de los aciertos es la colaboración del director con la banda de música electrónica Chemical Brothers, que sin provenir del mundo del cine, han composat una banda sonora que dota de dimensión de musical a un film que en otras manos habría podido caer en los tópicos recurrentes del cine de acción y espionaje. A esta feliz col•laboració hay que añadir también la mirada a menudo al·lucinada y onírica del director de 'Expiación', quien parece transitar cómodamente entre la voluntad realista y "el engaño" que inevitablemente acompañado a todo proceso de creación de un relato. Dedo de otro modo, a Hanna el director empieza explicando una historia para acabar perdiéndose en la forma cómo es relatada. Cuando recupera el hilo argumentado este ha perdido su interés, pero por entonces, la forma, la experiencia estética, ya se ha convertido en el más esencial de esta propuesta, que incluye algunas persecuciones memorables y uno de los mejores planos secuencia de los últimos tiempos.
espaiisidor.blogspot.com
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