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Dolors Fernàndez

Una escuela y una sociedad modernas

La Escuela Moderna se inauguró el 1901 y en su fundador lo fusilaron ocho años después (1909) acusado y procesado, además, sin pruebas ni garantías.

Releyendo los hechos de la Semana Trágica y la biografía de Francesc Ferrer y Guardia me han llamado la atención sobre todo dos aspectos.

En primer lugar, la valentía de la sociedad civil al hacerse escuchar en aquel momento de tantas carencias y oscurantismo. Ahora parece que esto se ha diluido entre el trabajo o su carencia, las preocupaciones del día a día, el ocio y la ignorancia. El caso Millet o el caso Gürtel (para hacer mención de la actualidad) llenan páginas y horas a los medios de comunicación, también a los archivos de la Justicia.

Donde está aquella sociedad civil con sueños de libertad y justicia social? Está claro que ser moderno ahora no es rehuir el estado de derecho, sino exigir todo su peso.

En Ferrer y Guardia fue una persona entregada a su vocación y, el más importante para todos los que hemos venido después y los que vendrán, con mucho talento. Un pedagogo con una visión y un entendimiento que tenemos que saber aprovechar. Y hoy, después de cien años, muchas de sus propuestas no están consolidadas a nuestra sociedad y todavía menos a nuestras escuelas. Estamos en el camino de hacerlo, al menos de aquellas ideas que tienen sentido en el contexto socioeconómico actual. estoy convencida. Se trata de obviedades, pienso, que entonces fueron toda una revolución. Insisto, año 1901: el alumno como sujeto activo, el juego y el ejercicio físico al aire libre, ciencia y experimentación, enseñar a pensar por un mismo, coeducación de género y coeducación de clases sociales, cuota escolar proporcionada a los ingresos familiares, planificación familiar, escuela laïca…

Y el segundo aspecto que me ha llamado la atención es que a pesar de ser una persona firme de ideas y con una voluntad dicen que indomable, fue de un trato suave, amable y respetuoso. Eso sí que es difícil.