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Silvia Ruiz

Una joya que brilla con tu propio ADN

Orygen ha revolucionado el mundo de la joyería tradicional tal como lo conocíamos hasta ahora. Esta empresa mataronina, fundada en 2017 por Agustí Arasanz, apuesta por la creación de joyas diseñadas con el ADN de la persona o de un ser querido. Una fórmula

El proceso de Orygen es más sencillo del que parece. A través de su página web, el cliente puede elegir la joya que desea entre la oferta de su catálogo. O, en el supuesto de que ningún modelo le convenza, la empresa ofrece un servicio de personalización donde el usuario puede proponer un diseño nuevo. Un golpe se compra, de forma automática la empresa envía a casa del cliente un kit recolector de saliva para obtener la muestra de ADN de la persona. Cuando la tiene, se vuelve a recoger y se envía directamente al laboratorio, donde se hace visible. "Hacerlo visible no quiere decir nada más que juntar todas las cadenas de ADN que hay la muestra", aclara Arasanz, que afirma que "cuando se hace, el que es forma es como una nebulosa". Un golpe obtenida, el equipo se encarga de encapsularla para mantenerla en un estado óptimo y finalmente se incorpora en la joya que haya elegido el cliente. Todo esto en un periodo de 15 a 20 días.

De este modo, Orygen apuesta por un modelo de negocio de comodidades para el cliente, quién puede elegir realmente el que quiere, no moverse de casa y estar continuamente informado del proceso de elaboración de la pieza. El resultado final es una joya muy personalizada donde el disparo distintivo que le da un valor añadido es que el cliente trae la esencia suya o de una persona estimada. "Es una joya con un valor personal muy grande", asegura Arasanz, que explica que "además de ser una joya de calidad que dura, tenemos el añadido que traemos aquello que más define a cada ser vivo, como es su ADN".

Al tratarse de un concepto de joyera nuevo e innovador, durante este primer año Orygen ha tenido que trabajar para hacerse un espacio en el mercado y que la gente conociera de que se trataba. Su público es diverso pero tienen un factor en común: buscan una joya especial, con un alto valor emocional. Desde parejas que se regalan mutuamente la joya con sus respectivos ADN, hasta un padre que le regala a la madre una joya con la muestra de sus hijos. "Hay gente que el concepto le gusta mucho y enseguida compra sin ningún tipo de explicación", comenta Arasanz, para añadir que, "también hay otros que necesitan que le explicamos y le enseñamos como funciona y, entonces, ya quedan encantados". Pero no sólo queda aquí, y es que Orygen también llega a las mascotas. La empresa tiene un convenio con una distribuidora veterinaria que vende joyas para guardar el ADN de los animales, en casos como que la mascota haya muerto y el amo quiera traer su muestra.

Todo empezó en un laboratorio

Como biólogo, el fundador de Orygen trabajó durante muchos años a la unidad de genómica de la Universitat de Barcelona. Un trabajo que le hacía tratar continuamente con muestras de ADN para hacer análisis de la gente. Precisamente esto lo hizo descubrir que, cuando el ADN se acumulaba, se veía a simple vista: "Se formaba como un tipo de nebulosa, puesto que las cadenas se entrelazan entre ellas". Y precisamente esto era algo que sorprendía los clientes del laboratorio cuando iban a recoger las muestras. "Causaba sensación y se veía una emoción a sus ojos al ver que aquello era su ADN", recuerda Arasanz. Fue entonces, cuando cursaba también la carrera de Administración y dirección de empresas, que pensó de qué manera podía vender esta emoción para ofrecerla a la gente.

El año 2016 Arasanz dejó todo el que estaba haciendo para fundar la empresa y desarrollar ya la idea con cara y ojos. Un año más tarde, Orygen sale al mercado. Ahora la empresa se encuentra a las instalaciones del TecnoCampus, después de que Arasanz presentara el proyecto a la Incubadora y le aceptaran.

Romper fronteras

Ahora que Orygen ya ha cumplido su primer año, Arasanz asegura que actualmente trabajan para mejorar el modelo de negocio. "Estos últimos meses hemos tenido ventas recurrentes y estamos contentos porque parece que el proyecto tendrá continuidad", agradece el mataroní, que asegura que "la gente que ha comprado ha quedado muy contenta con la experiencia".[banner-AMP_5]

En cuanto a proyectos futuros, este año Orygen tiene el objetivo de estar presente a joyerías convencionales. Además, ya piensan a probar suerte fuera y ofrecer el servicio en países diferentes. De momento, a través del programa Go Global del TecnoCampus, viajarán a Londres y también en Italia, de donde ya han recibido algunos pedidos. Más adelante también piensan en Francia y, finalmente, en los países escandinavos. [banner-AMP_6]