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El pasaje Levantina de La Llàntia, donde se multiplican las ocupaciones de pisos. Foto: R. G.

Vern Bueno Casas

"Una noche intentaron pinchar la luz y aquello parecía las Fallas"

Los vecinos de la Llàntia denuncian que las ocupaciones se han multiplicado en el último año, un fenómeno que se repite en otros barrios

Josefa vive en un bajo de la calle Teià, en un edificio de PUMSA, donde se mezclan viviendas VPO (venta en protección oficial) y pisos para personas en riesgo de exclusión social. Desde aquí tiene una perspectiva perfecta de todo. "Yo soy la portera del barrio", río. Al suyo ante el paisaje Levantina, donde hay dos edificios más de viviendas de la empresa municipal. En uno de ellos, aseguran los vecinos, casi todos los pisos están ocupados ilegalmente. Los principales problemas los tienen, pero, en una pequeña casa de dos plantas del mismo callejón. Pertenece a una señora grande que actualmente vive en una residencia de abuelos, y que no tiene ninguno otro familiar. La casa ha quedado vacía es past de los ocupas, que se han repartido las dos plantas. "El otro día me enteré que uno de ellos se estaba vendiendo la clave, parece ser que por 2.000 euros! Pero cómo es posible, si ni es suyo?" se pregunta incrèdula Josefa.

Hay casos que no preocupan a los vecinos, pero otros que los generan intranquilidad porque los ocupas utilizan los pisos para el tráfico de drogas

Los Mossos d'Esquadra han tenido que hacer acto de presencia a menudo a la zona. El vecindario asegura que desde que se han instalado ocupas en el barrio la situación se ha desmadrat, especialmente por el tráfico de drogas y las peleas entre ellos. El capítulo más surrealista lo vivieron una noche reciente cuando los ocupantes intentaron pinchar la luz de un palo de la luz de la calle, con poco éxito. "Qué una montaron, se incendió todo el palo, aquello parecían las fallas!", explica Josefa. Casi medio barrio quedó sin luz aquella noche.

Fenómeno in crescendo

Desde hace un año las ocupaciones se han multiplicado en el barrio y preocupan mucho a los vecinos. En el mismo inmueble donde vive Josefa hay un piso de PUMSA que trae medio año vacío y que,como suele pasar en estos casos, ya lo han intentado ocupar varias veces. "Lo hemos hablado con PUMSA y nos dicen que lo mantienen así por algún caso de emergencia habitacional de violencia de género, realojo urgente o similar", explica una representante del Consejo Territorial de la Llàntia, que prefiere mantener el anonimato. Desde el Consejo, donde han debatido estas cuestiones en numerosas sesiones, no entienden esta decisión ante la carencia de pisos disponibles para usos sociales que el propio consistorio admite que sufre.

Una noche medio barrio quedó sin luz cuando unos ocupas intentaron pinchar la red pública

La confluencia de las calles Galicia y Teià es uno de los puntos calientes de las ocupaciones a La Llàntia, pero no el único. Unos metros más al sur de la misma calle Galicia hay un edificio de cuatro plantas que quedó a medio construir cuando la promotora quebró (uno de tantos casos en Mataró). Desde la Asociación de Vecinos detectaron que una noche un grupo de personas se estaba preparando para ocuparlo, cargando bolsas con material en el interior. Al día siguiente pidieron permiso a los Mozos y ellos mismos llamaron un cerrajero para poner una verja a la puerta que de momento los ha ahorrado más problemas. Tumbando la esquina, en la sinuosa calle Nueva de la Merced, una casa y un bloque de dos plantas también están ocupados. "El fenómeno se está extenent muchísimo", asegura el vecindario ante una situación que se está repitiendo en muchos barrios de la ciudad.