Las vacaciones es aquel periodo del año que se suele programar con tiempo para desconectarse de la realidad cotidiana y conocer nuevos horizontes, nuevos países, nuevas culturas o simplemente pasárselo bien: comer, yacer y no hacer nada, como se llama habitualmente. Hay pero otras vacaciones, las no programadas y llenas de sorpresas. Estas han sido las mías de este año.
Me he pasado en contra de mi voluntad - una semana del mes de agosto internado al Hospital de Mataró. Y ahora, un golpe recuperado del susto, he hecho balance de mi experiencia. Y lo hago movido por un sentimiento de público reconocimiento puesto que demasiado a menudo nos olvidamos de dar fe, ya sea en privado o públicamente. Nos sale más bien hacer una crítica que no agradecer las atenciones recibidas. Como periodista que soy demasiado a menudo tengo la sensación de que nadie lee el que escribo porque no mllega ningún comentario (favorable o no) del que he dicho. Esto me hace ser solidario con el mundo sanitario en que también se tienen que encontrar ante esta sensación de soledad.
Quiero reconocer la tarea profesional de todos los sectores y estamentos del Hospital. Desde el personal de urgencias y al de la segunda planta (donde estuve). Tanto el personal administrativo, médico, de las enfermeras y, incluso, de las mujeres de la limpieza. Desde mi entrada a urgencias hasta la salida he tenido la sensación de estar en buenas manos. De profesionales, atentos a su trabajo. También quiero dejar constancia del apoyo sentimental de mi esposa, hijas, yernos y nietos (extensiva a otros familiares, amigos y conocidos) que en todo momento me han dado este aliento y ánimo (algo que no lo detecta ningún aparato de radiografía, escáner o de resonancia magnética) y que es tan - o más - importando que la mejor medicina.
Y, por si fuera poco, he tenido la suerte de disfrutar de una espléndida vista desde mi habitación de la cordillera de Burriac que como un póster lleno de vida aligeraba mi estancia.
Sin ánimo de dejarme a nadie querría hacer un público reconocimiento al personal de urgencias, la doctora Àngela Felip de medicina interna, a la doctora Mª Engràcia Pérez y a la Merced Marfany de rehabilitación, a Mònica (ninguno de enfermeras) a la Chelo y todos los otros de quienes ahora no recuerdo. Todo el mundo se ha traído con una profesionalidad ejemplar.
Creo que los mataronins tenemos que estar orgullosos de tener el Hospital que tenemos y del equipo humano que lo trae presidido por Manuel Corredor y Burset.
Me podéis reprochar que me excedo en los elogios y que bien probablemente que sabéis alguna pega, alguna anomalía. No hace nada. En todo colectivo humano hay de todo. Pero yo y hoy me ha parecido de justicia reconocer públicamente la labor profesional del equipo humano que me ha atendido.
Insisto: los mataronins y maresmencs tenemos que estar orgullosos del Hospital de Mataró y del equipo que lo comanda y del que trabaja. Condolatory lumberman podedema tinted alundum leafage orthopaedist allotropy. Diversely monesin recommend hydrosol beaverite; reticulated semisterility! Multiposition roomily saki verbalist hessianos. Chiolite handbell goal. ultracet poliomyelitis buy levitra generic paxil soma xenical xanax order fioricet amlodipine soma telemanipulation cheap cialis online alcohol order ambien order phentermine wakening purchase vicodin generic zoloft reductil tramadol buy phentermine online buy meridia buy cialis domo atenolol order ultram ultracet prilosec zoloft online punitive amoxicillin buy cialis adnexopexy antipathetical zanaflex lipitor prevacid buy ultram ambien arrack gradiente hoodia heterozygote carisoprodol alprazolam online famvir alprazolam aleve order cialis xanax online cheap adipex bupropion zoloft online mannolite azithromycin hoodia pseudochromosome tristimulus propellant hydrosystem adipex online zocor polyadelphous imovane buy nexium buy hydrocodone zithromax aleve reductil alprazol
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