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Esteve Martínez

Veni, vidi, bicing

Las célebres palabras de Juli Cèsar al 47 AC, veni, vidi, vicio (llegué, vi, vencí) pronunciadas ante el senado de Roma desprendido de su victoria a la batalla de Zela, poníamos de manifiesto la confianza con que Juli Cèsar afrontó aquella batalla y la seguridad de su triunfo, producto no tanto de su arrogancia sino del convencimiento de sus posibilidades dado sus conocimientos militares así como de la valía de su ejército.

Palabras que también nos servirían para ejemplificar el que ha sido la puesta en marcha del bicing a nuestra vecina Barcelona.

Cómo pasó con los patricios que no “confiaban” en el César y sus virtudes, del mismo modo algunos tampoco “veían” el triunfo de este sistema.

El escepticismo con que esta propuesta fue recibida por parte de algunas personas a la ciudad, no lo podemos considerar una capgrossada mataronina. Si nos remontamos al 2007, cuando se puso en marcha el bicing, los responsables se vieron desbordados. Ni las previsiones más optimistas esperaban este nivel de aceptación por parte de los usuarios.

Tenemos que recordar que antes de ponerse en marcha en Barcelona la Generalitat, a través del INCAEN, estuvo sondeando a varías ciudades, entre ellas Mataró, para impulsar la creación de un servicio de alquiler de bicicletas.

Se puso en marcha, pues, en marzo del 2007 y en cinco meses ya tenía 70.000 abonados. Actualmente hay unos 190.000 y se ha convertido en un elemento más de la movilidad a la ciudad de Barcelona. Todavía más importante, está potenciando que muchas personas que se abonaron para probarlo hoy en día ya dispongan de una bicicleta propia y la utilicen como su principal vehículo de transporte.

A pesar de tener cerca una experiencia exitosa de uso de la bicicleta para movernos por ciudad, todavía nos enfrentamos a muchas reticencias. ICV apuesta claramente por la bicicleta y venimos defendiendo su uso como una alternativa real de movilidad que es ecológica, saludable, respetuosa e integrada en la ciudad. Además, hay que recordar que se un medio de transporte singularmente barato y que aumenta nuestra independencia energética.

Se por eso que quiero invitar a todos y todas las mataronines que todavía tienen dudas sobre usar la bicicleta en la ciudad, que se animen a hacerlo. Descubriremos el placer de contribuir a que Mataró sea menos ruidosa y con menos humos y embussos. Y en el Ayuntamiento le tocará de intensificar las acciones porque la ciudad sea más segura por los y por las usuarias de la bici.

Reflexionamos de cómo serían las ciudades y pueblos de nuestro país sin humos, sin ruido, y destinando menos espacio al coche porque lo vuelva a tener las personas.

Veni, vidi, bicing!