Esta temporada de conciertos de 2010 es la más ambiciosa de la historia del Fomento?
Sin desmerecer las anteriores, pero puede ser que sí. Nuestro lema de este año es que la programación sea una carta de presentación de la ciudad y un polo de atracción para toda la comarca.
Qué criterio sigue para elaborar la programación?
Intentamos contar con estilos variados, desde un cierto eclecticismo. Siempre nos basamos en música clásica, a pesar de que no me gusta mucho esta etiqueta. Digámosle música de auditorio, pero damos cabida al jazz, a las grandes sinfónicas, a la música tradicional catalana... Tocamos de todo porque todo el mundo pueda disfrutar de la música al Fomento.
Sorprenden este año nombres estelares como el Coro de cámara de Palau.
Será uno de los primeros grandes conciertos que traeremos esta temporada, con la idea de reivindicar el nombre del Palacio después de todo el que ha pasado (con el asunto Millet). Es uno de los recitales que haremos al Monumental. Nos han asegurado que por marzo ya se habrán acabado las obras y estará reabierto. Sino ya me veo volviendo a ampliar el escenario del Fomento!
Y el caso de Gilles Apap? Es quizás uno de los artistas más mediáticos que habéis tenido.
Personalmente no lo conocía. Lo hemos podido contratar gracias al trabajo en red que hacemos con diferentes auditorios de Cataluña, gracias a la colaboración de la Generalitat. Cuando se lo comenté a Joan Vives (musicòleg mataroní, locutor de Cataluña Música) me respondió: "Pero Antoni, tú sabes a quien estás costalero?". Rápidamente lo busqué y es realmente impresionante. Pero también querría destacar el Trío Kandinsky, o la Sinfónica de copla y cuerda... Son nombres que pasan a menudo por el Auditorio de Barcelona o el Palau de la Música.
Mantenéis la apuesta por la zarzuela, que es un éxito rotundo.
Hay mucha tradición en este género en Mataró. Hace muchos años, al antiguo Teatro Clavé, venían las mejores voces del momento, se representaban las grandes obras de zarzuela, pero durante mucho tiempo no se programó más. En Barcelona, de hecho, sólo se hacen ciclos puntuales. Aquí programamos cerca de una decena cada año, y siempre se llena porque hay mucha afición. El que estamos intentando ahora es introducir otros géneros, como la ópera, dentro de este ciclo, para intentar arrastrar su público habitual a otras músicas.
Cómo es que en un año de crisis os tiráis a hacer una programación tan ambiciosa?
Parece una paradoja, es verdad, pero en los últimos años hemos contado con mucho apoyo del IMAC y también de la Generalitat, a través de varias líneas de ayudas, apoyo y trabajo en red. Desde hace tres temporadas el Ayuntamiento nos reconoce como el programador oficial de música clásica y de auditorio de la ciudad, así nos presentamos ante la Generalitat. Todo ello hace que podamos tener una programación de muy buen nivel.
La colaboración privada, pero, sigue siendo fundamental.
Sin la colaboración de una serie de entidades, firmas y particulares que han creído en este proyecto, los ocho años que traemos de conciertos al Fomento no habrían sido posibles. Este esfuerzo que hacemos para ofrecer una programación de calidad reclama que la sociedad civil se implique, lo reconozca y lo valore. Ahora que estamos en época de crisis, y seguramente alguno de nuestros patrocinadores se tendrá que dar de baja, quiero hacer un llamamiento porque nuevas entidades y firmas, pequeñas o grandes, se sumen a este proyecto y se lo puedan hacer suyo. Recuerdo que el Fomento no tiene afán de lucro, al contrario, a menudo los conciertos sólo nos dan para cubrir costes y bastante.
Uno de los temas que más os frustra es la respuesta del público, que no está a la altura de la oferta.
En muchas citas es demasiado exiguo. Desde aquí también quiero hacer un llamamiento al público melómano de casa nuestra, que sabemos que hay mucho, porque vengan a disfrutar de nuestras propuestas, que reitero que no tienen nada a envidiar a las grandes salas barcelonesas. Es cierto que el Fomento no se asemeja mucho al Palacio o en el Auditorio, no tiene el mismo ambiente, pero esta carencia la cubrimos con ilusión para traer grandes intérpretes. Y cuando se apagan las luces, el que suena vale mucho la pena y te hace olvidar que el teatro quizás no reúne todas las condiciones.
Al Fomento le hace falta una buena reforma.
Sí, pero a nosotros nos es imposible, la inversión necesaria es demasiado elevada. Estamos continuamente en conversaciones con las instituciones para avanzar en este sentido, pero es difícil. Después de haberme implicado tanto en la música en la ciudad, mi gran sueño sería conseguir que la ciudad y sus melómanos contaran con un auditorio en condiciones. Y si este pudiera ser el Fomento Mataroní, todavía mejor.
Es increíble que en Mataró no disponemos de un auditorio de verdad.
Y tanto, sobre todo cuando vemos los auditorios que tienen en Sabadell, Terrassa, El Vendrell, Granollers... En todos ellos se implican las instituciones y las empresas y el público siempre responde. En Mataró nos pasa algo extraño.
Y a pesar del déficit de público y las necesarias reformas, cada temporada de conciertos es más amplia que el anterior.
A veces me han dicho que el mejor sería reducir la oferta, hacer menos conciertos. Pero cada año que pasa recibimos más ofertas de grandes grupos que quieren tocar a la temporada del Fomento. Se enteran del que hacemos y se quieren sumar. Tengo la sensación que nos valoran más desde fuera que no desde casa nuestra
Sin desmerecer las anteriores, pero puede ser que sí. Nuestro lema de este año es que la programación sea una carta de presentación de la ciudad y un polo de atracción para toda la comarca.
Qué criterio sigue para elaborar la programación?
Intentamos contar con estilos variados, desde un cierto eclecticismo. Siempre nos basamos en música clásica, a pesar de que no me gusta mucho esta etiqueta. Digámosle música de auditorio, pero damos cabida al jazz, a las grandes sinfónicas, a la música tradicional catalana... Tocamos de todo porque todo el mundo pueda disfrutar de la música al Fomento.
Sorprenden este año nombres estelares como el Coro de cámara de Palau.
Será uno de los primeros grandes conciertos que traeremos esta temporada, con la idea de reivindicar el nombre del Palacio después de todo el que ha pasado (con el asunto Millet). Es uno de los recitales que haremos al Monumental. Nos han asegurado que por marzo ya se habrán acabado las obras y estará reabierto. Sino ya me veo volviendo a ampliar el escenario del Fomento!
Y el caso de Gilles Apap? Es quizás uno de los artistas más mediáticos que habéis tenido.
Personalmente no lo conocía. Lo hemos podido contratar gracias al trabajo en red que hacemos con diferentes auditorios de Cataluña, gracias a la colaboración de la Generalitat. Cuando se lo comenté a Joan Vives (musicòleg mataroní, locutor de Cataluña Música) me respondió: "Pero Antoni, tú sabes a quien estás costalero?". Rápidamente lo busqué y es realmente impresionante. Pero también querría destacar el Trío Kandinsky, o la Sinfónica de copla y cuerda... Son nombres que pasan a menudo por el Auditorio de Barcelona o el Palau de la Música.
Mantenéis la apuesta por la zarzuela, que es un éxito rotundo.
Hay mucha tradición en este género en Mataró. Hace muchos años, al antiguo Teatro Clavé, venían las mejores voces del momento, se representaban las grandes obras de zarzuela, pero durante mucho tiempo no se programó más. En Barcelona, de hecho, sólo se hacen ciclos puntuales. Aquí programamos cerca de una decena cada año, y siempre se llena porque hay mucha afición. El que estamos intentando ahora es introducir otros géneros, como la ópera, dentro de este ciclo, para intentar arrastrar su público habitual a otras músicas.
Cómo es que en un año de crisis os tiráis a hacer una programación tan ambiciosa?
Parece una paradoja, es verdad, pero en los últimos años hemos contado con mucho apoyo del IMAC y también de la Generalitat, a través de varias líneas de ayudas, apoyo y trabajo en red. Desde hace tres temporadas el Ayuntamiento nos reconoce como el programador oficial de música clásica y de auditorio de la ciudad, así nos presentamos ante la Generalitat. Todo ello hace que podamos tener una programación de muy buen nivel.
La colaboración privada, pero, sigue siendo fundamental.
Sin la colaboración de una serie de entidades, firmas y particulares que han creído en este proyecto, los ocho años que traemos de conciertos al Fomento no habrían sido posibles. Este esfuerzo que hacemos para ofrecer una programación de calidad reclama que la sociedad civil se implique, lo reconozca y lo valore. Ahora que estamos en época de crisis, y seguramente alguno de nuestros patrocinadores se tendrá que dar de baja, quiero hacer un llamamiento porque nuevas entidades y firmas, pequeñas o grandes, se sumen a este proyecto y se lo puedan hacer suyo. Recuerdo que el Fomento no tiene afán de lucro, al contrario, a menudo los conciertos sólo nos dan para cubrir costes y bastante.
Uno de los temas que más os frustra es la respuesta del público, que no está a la altura de la oferta.
En muchas citas es demasiado exiguo. Desde aquí también quiero hacer un llamamiento al público melómano de casa nuestra, que sabemos que hay mucho, porque vengan a disfrutar de nuestras propuestas, que reitero que no tienen nada a envidiar a las grandes salas barcelonesas. Es cierto que el Fomento no se asemeja mucho al Palacio o en el Auditorio, no tiene el mismo ambiente, pero esta carencia la cubrimos con ilusión para traer grandes intérpretes. Y cuando se apagan las luces, el que suena vale mucho la pena y te hace olvidar que el teatro quizás no reúne todas las condiciones.
Al Fomento le hace falta una buena reforma.
Sí, pero a nosotros nos es imposible, la inversión necesaria es demasiado elevada. Estamos continuamente en conversaciones con las instituciones para avanzar en este sentido, pero es difícil. Después de haberme implicado tanto en la música en la ciudad, mi gran sueño sería conseguir que la ciudad y sus melómanos contaran con un auditorio en condiciones. Y si este pudiera ser el Fomento Mataroní, todavía mejor.
Es increíble que en Mataró no disponemos de un auditorio de verdad.
Y tanto, sobre todo cuando vemos los auditorios que tienen en Sabadell, Terrassa, El Vendrell, Granollers... En todos ellos se implican las instituciones y las empresas y el público siempre responde. En Mataró nos pasa algo extraño.
Y a pesar del déficit de público y las necesarias reformas, cada temporada de conciertos es más amplia que el anterior.
A veces me han dicho que el mejor sería reducir la oferta, hacer menos conciertos. Pero cada año que pasa recibimos más ofertas de grandes grupos que quieren tocar a la temporada del Fomento. Se enteran del que hacemos y se quieren sumar. Tengo la sensación que nos valoran más desde fuera que no desde casa nuestra