Otro golpe, dentro de este maratón de elecciones que vivimos en los últimos tiempos, nos llaman a las urnas. El contexto está claro: el "proceso" ha conseguido el contrario del que se pretendía: menos autonomía. La pregunta que nos tenemos que hacer es: después de 5 años queremos seguir con esta tensión política provocada por una estrategia fracasada?
El "proceso" ha generado un alto grado de inestabilidad política a todos los niveles. En Mataró (y Barcelona) también: el gobierno quedó cuestionado por motivos ajenos a la gestión municipal, motivos que tienen que ver con banderas. Y el curioso de todo esto es que quienes tienen las banderas –unas u otras– cruzan traer siempre la verdadera voz del pueblo y por eso ejercen presión sobre quienes, bien en el contrario, no paran de pedir diálogo, el espacio conocido como los comunes, en confluencia con Podemos.
Los partidos independentistas han traído el país a una situación políticamente límite. Sus demandas pueden ser tan legítimas cómo quered, pero yo lo tengo claro: a quien exijo responsabilidades de la situación en que nos encontramos está en el gobierno catalán. Ahora dicen que sabían que sus cálculos eran erróneos, pero esto no arregla nada; de hecho, al contrario, indica que han sido jugando con la ciudadanía al haber elevado un sueño a proyecto político factible. Y el problema es que este sueño no es ciertamente el sueño de todos, ni siquiera de la mayoría. Es por eso que ha emergido la división social. Y aquí también responsabilizo el gobierno catalán de haber despertado un monstruo, el del fascismo, que a nuestra ciudad ya hemos visto actuar.
Ahora bien, el processisme tiene un cómplice: el bloque del 155. Reconocer el error del processisme no quiere decir inclinarse por la opción contraria, porque esto sería actuar con la misma lógica. Los bloques independentista y del 155 se retroalimentan. Uno es la versión en positivo; el otro, en negativo (cómo cuando se revela una foto). Cómo se puede decir que, para no estar de acuerdo con el estelada, se levanta la bandera rojigualda? Qué diferencia hay? Ambas opciones pueden ser igual de legítimas, pero ninguno de las dos es capaz de romper un bloqueo nefasto, precisamente porque el único que hacen es mirarse el ombligo y, tan convencidas cómo están de sí mismas, actúan unilateralmente.
Recuperamos la pregunta inicial: queremos seguir en los próximos años como hemos seguido hasta ahora? Hay que dejar atrás esta lógica de tensión y bloqueo que el único que hace es tapar los problemas reales y hacer crecer unos partidos, corruptos o cómplices, que con sendas banderas se alimentan deshonrosament de la confrontación social y esconden su verdadera agenda política destructora de derechos. Democracia es votar, pero también es cohesión social.[banner-AMP_5]