Carlos Fernàndez renunció a su acta de regidor del PSC el pasado jueves, aprovechando la celebración del Pleno extraordinario de ordenanzas. Fernàndez ponía fin de este modo a una intensa carrera política que lo había llevado a jugar un papel importante en el gobierno tripartito municipal y a ser uno de los hombres fuertes del PSC de Mataró y del Maresme. Carrera truncada por una irregularidad cometida como secretario de organización de los socialistas a la comarca que se ha sumado a las desavenencias con un sector importante del partido. En su discurso de despedida, Fernàndez reivindicó el trabajo hecho y también defendió el mundo municipalista.
"He cometido un error, pero como regidor siempre he trabajado con honradez y transparencia", aseguró la ahora exregidor. Una manera de trabajar que no ha visto en otros compañeros de barco. "Marcho por mi familia, por su creciente asco al ver en que se ha convertido la política, no los puedo hacer sufrir más", aseguró. A pesar de todo, afirmó que marchaba satisfecho por haber hecho política "a pie de calle". "En los Ayuntamiento somos los primeros al recibir las hostias, pero también el aprecio de la gente".
Cuidar el mundo municipalista
En este sentido, pidió a los regidores que se quedan que cuiden el mundo municipalista. "Dialogamos, pactamos, acordamos, y que el poder de la palabra esté por encima del miedo a perder votos". También hizo un repaso a su trayectoria, en la cual como regidor lideró el Pacto de Nueva Ciudadanía, la rehabilitación de la Nave Cabot y Barba o el Plan por el catalán. "Y esto lo consiguió un 'tio' de Vista Alegre", añadió, hablando de sus orígenes. Fernàndez constató que una de sus grandes alegrías como regidor ha sido "ver crecer mi barrio".
Y en el turno de los agradecimientos, tuvo palabras de recuerdo para Joan Antoni Baron y Ramon Bassas por haber confiado en él dentro del partido, y para su amiga y compañera Ana Barrera, a quién según él se pusieron "demasiados palos a las ruedas",cuando fue regidora.