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Baja laboral

Redacció

Las bajas voluntarias y el absentismo ponen a prueba la productividad de la economía española

Las dimisiones en contratos indefinidos se han disparado y las bajas médicas llegan a máximos históricos, generando un coste superior a los 15.000 millones de euros

 

El mercado laboral español está viviendo una transformación profunda. Según los últimos datos de la Tesorería General de la Seguridad Social, a lo largo de 2024 más de tres millones de trabajadores con contrato indefinido presentaron una baja voluntaria. Esta cifra, que triplica la registrada en 2021, pone de manifiesto un cambio en la relación entre los profesionales y las empresas.

Más allá de la estabilidad: el cambio de paradigma

Tal y como apunta María Luaces, directora de Human Resources Solutions en Synergie España, este fenómeno responde a un cambio cultural: «Los profesionales ya no priorizan únicamente la estabilidad, sino que valoran la conciliación, la flexibilidad y el bienestar psicológico».

Septiembre de 2024 fue especialmente significativo: se registraron cerca de 300.000 dimisiones en un solo mes, un 7,8 % más que el año anterior y el nivel más alto jamás alcanzado.

Factores que explican el aumento

Para José Luis Fernández Santillana, director del Gabinete de Estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), este incremento tiene varias lecturas. Por un lado, los fijos discontinuos pueden verse obligados a darse de baja cuando regresan a la actividad; por otro, existen prácticas irregulares como las llamadas «bajas de los viernes», cuando los trabajadores son dados de baja antes del fin de semana y reactivados el lunes.

Randstad añade otro elemento: la entrada en vigor de la reforma laboral. Desde 2022, 1,25 millones de personas han firmado más de un contrato indefinido en un mismo mes, cuando en 2021 eran menos de 26.000. Esta dinámica refleja un mercado laboral mucho más volátil de lo esperado.

Las bajas médicas y el síndrome posvacacional

Junto a las dimisiones, también han crecido las incapacidades temporales, que en 2024 alcanzaron una tasa de 53,3 por cada 1.000 trabajadores, la más alta de la serie histórica. Según el Banco de España, esto tiene un coste público superior a los 15.000 millones de euros, alrededor del 1 % del PIB.

Dentro de estas cifras se encuentra el conocido síndrome posvacacional, que según Fremap afecta entre el 30 % y el 40 % de los trabajadores cada septiembre, generando cansancio, irritabilidad y, en algunos casos, ansiedad.

Productividad, fraude y retos pendientes

Varios expertos alertan de que este escenario tiene consecuencias serias. El economista Diego Barceló denuncia la saturación de los servicios de salud y la mayor duración de las bajas, a menudo por cuestiones burocráticas más que médicas. También advierte de que las bajas por motivos de salud mental, si bien visibilizan problemas reales, pueden ser una vía fácil para justificar ausencias prolongadas.[banner-AMP_5]

Por su parte, José María Rotellar, de la Universidad Francisco de Vitoria, advierte que, con una productividad estancada al nivel de 1998, el absentismo y el fraude suponen un freno al crecimiento y ponen en riesgo la competitividad de la economía española.

Una fotografía preocupante

En conjunto, el aumento de bajas voluntarias, las incapacidades temporales y la baja productividad configuran un cóctel preocupante para el mercado laboral español. El alejamiento respecto a los estándares europeos y el peso creciente del absentismo plantean un reto inmediato: cómo garantizar la sostenibilidad del sistema laboral y económico en un contexto de cambio cultural y presión social.[banner-AMP_6]

Fuente: theobjective.com/economia


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