A partir del 1 de enero de 2026, los triángulos de emergencia dejarán de ser obligatorios en las carreteras del Estado español y serán sustituidos por la baliza V-16. Este cambio normativo, impulsado por la Dirección General de Tráfico (DGT), tiene como objetivo mejorar la seguridad vial y reducir los atropellos que se producen cuando los conductores salen del vehículo para señalizar una avería o un accidente. A pesar de ello, a pocas semanas de la entrada en vigor de la medida, todavía existe una gran confusión: no todas las balizas V-16 que se venden actualmente serán válidas como dispositivo obligatorio en 2026.
Asociaciones de consumidores como FACUA han alertado que algunos fabricantes y distribuidores han comercializado balizas como “homologadas” sin explicar claramente que, aunque sean legales hoy, dejarán de cumplir los requisitos exigidos por la DGT el próximo año. Esto ha llevado a muchos conductores a comprar dispositivos que, en realidad, no les servirán cuando la normativa sea plenamente vigente.
La baliza V-16 es un dispositivo luminoso intermitente de color ámbar que se coloca en el techo del vehículo detenido para advertir al resto de conductores. Su principal ventaja respecto a los triángulos es que se puede activar sin bajar del coche. Ahora bien, a partir de 2026, no bastará con que emita luz: la baliza obligatoria deberá estar conectada y enviar automáticamente la geolocalización del vehículo a la plataforma DGT 3.0. Esta información permite avisar al resto de usuarios de la vía mediante paneles informativos y sistemas de navegación.
Este requisito de conectividad es el que genera más confusión. Las balizas que solo emiten luz, aunque se vendan como V-16 o se presenten como “homologadas”, no serán válidas en 2026. De hecho, todas las balizas comercializadas antes de 2023 no cumplen la normativa actual, porque no incorporan el sistema de comunicación necesario ni pueden actualizarse posteriormente.
¿Qué baliza será válida?
Para asegurarse de que una baliza será válida, hay que comprobar varios aspectos clave. En primer lugar, debe ser una V-16 conectada que transmita datos automáticamente a la DGT 3.0, sin depender del teléfono móvil ni de conexiones Bluetooth o wifi. En segundo lugar, la conectividad debe estar incluida durante toda la vida útil del dispositivo, sin cuotas ni suscripciones. Además, el modelo debe constar en la lista oficial de balizas homologadas que publica la DGT. Si no aparece, no servirá. Finalmente, hay que verificar que el producto tenga un código visible —empezando por “LCOE” o “IDIADA”— y una identificación clara y permanente.
¿Y el precio?
En cuanto al precio, no es un criterio legal, pero sí orientativo. Las balizas conectadas homologadas suelen costar entre 35 y 60 euros, mientras que las muy baratas pueden generar sospechas. Hasta el 31 de diciembre, los triángulos se pueden seguir utilizando, pero a partir de 2026 la baliza V-16 conectada será el único sistema obligatorio en vías interurbanas.
Fuente: www.vilaweb.cat/noticies
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