Ya hace unos cinco años que el Banco Central Europeo posó sobre la mesa la idea de implantar el euro digital, una nueva modalidad de pago para la eurozona. Desde entonces, se ha estudiado su entrada en vigor, a pesar de que el proceso está siendo "lento", tal como constata el economista y consejero ejecutivo de la Asociación Europea de Asesores y Planificadores Financieros (EFPA) a España, Josep Soler. "Siempre faltan dos o tres años porque se ponga en marcha", afirma. Soler pronostica que al final el euro digital "será menos importante de como se había planteado en un inicio". El CEO y fundador de Monei, Àlex Sax, en cambio, augura que este mueve modelo "será la revolución de este siglo". Mientras tanto, el BCE confirma que continúa trabajando.
La plataforma de pago Monei es la única fintech catalana escogida -junto con CaixaBank y Bizum- para participar en las primeras pruebas del euro digital. Concretamente, ha participado en uno de los varios grupos de trabajo técnicos formato por unas 60 compañías y su tarea ha consistido al hacer transacciones entre emisores y receptores a pequeña escala con la misma infraestructura que utilizará el euro digital.
Por su CEO y fundador, Àlex Saiz, el euro digital supondrá la entrada a un "nuevo paradigma" con unas garantías "más robustas" y la "solvencia" del Banco Central Europeo. "Los billetes y las monedas de un euro o de cinco euros que llevamos al bolsillo hoy ya están emitidos por el Banco Central Europeo y nadie nunca ha cuestionado con ninguna crisis económica que no tengan el valor que dicen que tienen", señala en declaraciones a la ACN.
Saiz insiste que la entrada en funcionamiento de este nuevo modelo del euro digital es la "revolución de este siglo" y que de momento la sociedad no es consciente de "el impacto" que tendrá. "El cambio es complejo y es de un calado importante", continúa.
El economista y consejero ejecutivo de la Asociación Europea de Asesores y Planificadores Financieros (EFPA) a España, Josep Soler, se muestra más cauto sobre la llegada del euro digital y sostiene que todo está yendo más "lento" del previsto. "Siempre faltan dos o tres años", ironiza Soler, que pronostica que al final este modelo no tendrá tanta relevancia y que apunta hacia un "rol mucho más secundario". "Al final será menos importante que del que a veces, lógicamente, el Banco Central Europeo nos vende", augura Soler.
Entre los motivos, comenta que es "muy difícil contraatacar redes tan establecidas como las actuales" y la tendencia a reforzar la estructura de los bancos mediante fusiones. "En el ámbito europeo, no se los puede sacar una cosa tan importante como los pagos", añade.
Por su parte, la creación de un dólar digital no está en los planes de la administración Trump, que directamente lo ha rechazado, puesto que se inclina por las criptomonedes privadas. Según el CEO de Monei, estas dos posiciones representan un "punto de choque a escala conceptual" porque Europa y los EE. UU. van en dirección opuesta". Por Sáiz, es un "problema" que el euro digital se haya hecho en un marco "tan absolutamente cerrado y encorsetado y prácticamente imposible de cumplir por parte de las empresas privadas, empresas, fintechs o bancos europeos".[banner-AMP_5]
Según el BCE, 13 de los 20 países donde se utiliza el euro dependen de esquemas internacionales para efectuar los pagos con tarjeta y el euro digital permitiría ser un medio de pago electrónico "accesible y aceptado" en todos estos estados.
La fase de preparación concluye en octubre
La fase actual de preparación, iniciada el 2023, para la implantación del euro digital finaliza el próximo mes de octubre y entonces se decidirá si se avanza hacia el siguiente estadio y qué objetivos tendría que incluir. En cualquier caso, pero, no se espera aunque se defina una fecha para su entrada en vigor, puntualizan fuentes del BCE al ACN. "El Consejo de Gobierno tomaría una decisión sobre si hay que tirar el euro digital o no y cuando después de la ley correspondiente", añaden las mismas fuentes.[banner-AMP_6]
Así mismo, el Banco Central Europeo subraya que una vez el Parlamento Europeo diera el visto bueno a la ley para la entrada del euro digital y el mismo Consejo de Gobierno de la autoridad bancaria lo aprobara, todavía quedaría pendiente desarrollar aspectos técnicos que se alargarían un "cierto tiempo" antes de que esta nueva modalidad de pago viera la luz. En este sentido, esta primavera pasada el miembro del comité ejecutivo del BCE, Piero Cipollone, calculaba que serían entre dos años y dos años y medio, según señaló en una entrevista a 'Expansion'.[banner-AMP_7]
Riesgo de exclusión social
Tanto Sáiz como Soler consideran que la entrada del euro digital no tendrá ningún problema para hacerse un lugar entre la gente joven. "No es gran cosa más del que ya tienen", señala Soler, mientras que Sáiz afirma que este colectivo ya está muy acostumbrado a trabajar con neobancs y será con quien acabarán teniendo una relación "única y exclusiva", apartándose de la banca tradicional. "Estos neobancs un día implementarán el euro digital, será transparente, y los jóvenes ni se darán cuenta que aquel dinero los sostenía Revolut y el día siguiente el BCE", concluye.[banner-AMP_8]
Por su parte, el economista Josep Soler advierte que el uso del euro digital puede suponer un inconveniente entre la gente más grande, más proclive al uso del dinero en efectivo. "Más bien el euro digital es por una masa de gente que continuamos trabajando en bancos tradicionales, que todavía no nos han solucionado del todo hacer transferencias instantáneas", opina.[banner-AMP_9]