Cada año, la empresa Gallup realiza encuestas sobre la implicación de los trabajadores en los Estados Unidos. Los últimos resultados revelan un dato alarmante: solo el 31% de los trabajadores están comprometidos con su trabajo, el porcentaje más bajo de la última década. Aún más preocupante es que esta caída se debe, principalmente, a una pérdida de entusiasmo de los trabajadores jóvenes, especialmente aquellos menores de 35 años. Este hecho rompe una tendencia histórica, ya que habitualmente los trabajadores más jóvenes solían mostrar más entusiasmo que los veteranos.
Entre los motivos que podrían explicar este fenómeno, se señalan diversas causas:
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El teletrabajo: Aunque se podría pensar que la generación Z es la más proclive a trabajar desde casa, varios estudios indican que, en realidad, muchos jóvenes prefieren ir a la oficina para socializar y recibir mentoría. Con el teletrabajo, pierden estos beneficios y, como consecuencia, su motivación disminuye.
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Incertidumbre laboral y cambios constantes: Los últimos años han estado marcados por despidos masivos, cambios en las políticas de trabajo a distancia y la supresión de programas de inclusión laboral. Esto genera confusión entre los empleados, especialmente los más jóvenes, que a menudo no tienen claro qué se espera de ellos.
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El aumento de la inteligencia artificial: Según otra encuesta de Gallup, el 78% de los trabajadores menores de 30 años creen que la IA tendrá un impacto negativo en las oportunidades laborales. Esta percepción genera una desconexión: si creen que su puesto de trabajo puede ser sustituido por una máquina, ¿por qué esforzarse?
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Un cambio de mentalidad sobre el trabajo: A diferencia de generaciones anteriores, la generación Z parece tener una visión más clara sobre qué pueden esperar del trabajo y qué no. Han visto cómo sus padres se sacrificaban durante años en trabajos poco satisfactorios, solo para acabar sin suficientes recursos para jubilarse cómodamente. Esto ha hecho que muchos jóvenes se centren más en proyectos propios o en movimientos como el FIRE (Independencia Financiera y Jubilación Anticipada).
¿Ocurre lo mismo en Cataluña?
Aunque la encuesta se basa en datos de Estados Unidos, es razonable pensar que esta tendencia también se puede aplicar en nuestro país. En Cataluña, en los últimos años, hemos visto un crecimiento de la precarización laboral, especialmente entre los más jóvenes. Contratos temporales, sueldos bajos y dificultades para acceder a la vivienda hacen que muchos trabajadores tengan menos incentivos para comprometerse con una empresa. Además, el teletrabajo ha ganado peso después de la pandemia, y muchos jóvenes se encuentran en una situación similar a la descrita en el estudio de Gallup.
¿Cómo pueden reaccionar las empresas?
Para revertir esta situación, las empresas deben adoptar estrategias que fomenten la implicación de los trabajadores jóvenes. Algunas medidas clave podrían ser:
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Diseñar puestos de trabajo más atractivos: Incorporar tareas variadas y adaptadas a los intereses de cada empleado.
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Fomentar una cultura de mentoría y networking: Los jóvenes necesitan orientación y oportunidades para crecer profesionalmente.
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Crear un ambiente de trabajo estable y previsible: La incertidumbre laboral desmotiva y genera ansiedad.
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Promover una gestión flexible y participativa: Dar más autonomía a los trabajadores y permitirles opinar sobre las decisiones que afectan su día a día.
La desmotivación laboral de los jóvenes no es un asunto menor, y las empresas que no se adapten a esta nueva realidad podrían perder una parte importante de su talento. Cataluña no es ajena a este fenómeno, y todo apunta a que será necesario un cambio profundo en la cultura del trabajo para recuperar la ilusión y el compromiso de los profesionales más jóvenes.