Una familia residente en Mataró y originaria de Sanaüja, donde están pasando el verano, ha vivido de primera mano el terrible incendio de la comarca de La Segarra, de una violencia hasta ahora nunca vista: ha provocado dos víctimas mortales, ha quemado miles de hectáreas, ha generado un pirocúmulo de 17 kilómetros de altura y han presentado una velocidad de propagación de hasta 28 kilómetros por hora. El relato de la familia ofrece una mirada desde el terreno, allí donde todo empezó. El fuego en la zona está estabilizado pero continúa activo y el riesgo sigue siendo muy elevado.
La mataronense Carlotta Medina, miembro de la familia que ahora veranea en Sanaüja, explica que en el pueblo los incendios estivales son bastante habituales, fruto de las elevadas temperaturas y la aridez de los terrenos. "En cuanto se vio humo, corre por WhatsApp y todo el mundo se moviliza rápidamente", destaca. En el caso de ayer martes, el fuego comenzó hacia las 14h, pero al principio no tenían mucha información. Desde el ayuntamiento pidieron ayuda, sobre todo tractores para labrar, para intentar frenar el fuego, que avanzaba muy rápido.
"La alerta llega tarde y nos angustiamos aún más"
La alarma de Protección Civil no sonó hasta las 16.30 h, cuando ya prácticamente no había fuego ni humo. Según Medina, "llegó tarde y, en vez de tranquilizar, nos reactivó el miedo." El viento, hasta entonces, soplaba en dirección contraria a Sanaüja, "por eso sólo veíamos el humo, pero no olíamos ni caía ceniza, motivo por el cual a pesar de todo pudimos mantener hasta entonces cierta tranquilidad".
El fuego desde la casa familiar en Sanaüja, poco antes de las 15h.
El viento huracanado, un enemigo imprevisible y decisivo
Hacia las 17h, sin embargo, se dio la vuelta a la situación con la llegada de un viento huracanado que hizo que la situación empeorara y se volviera a activar toda la alerta. Justo media hora antes, en Florejacs se había declarado otro incendio que finalmente fue el fuego más importante. "Aquí en Sanaüja nos quedamos prácticamente sin medios para hacer frente a las llamas, y esto es una queja que expresan los agricultores, que los Bomberos sólo disponían de uno o dos camiones", destaca la mataronense. Las alarmas se activaron de nuevo reclamando un confinamiento inmediato. "Estuvimos muy tensos y alerta, aunque no llegamos a ver humo ni fuego de cerca, el nerviosismo era evidente".
"El viento y la dirección que tomó fue, finalmente, lo que nos salvó"
A las 18h comenzó a llover, pero era una tormenta eléctrica, que ayudaba pero los rayos podían volver a reactivar el fuego. "El viento y la dirección que tomó fue, finalmente, lo que nos salvó, aunque nunca lo habíamos visto soplar tan rápido. El fuego avanzaba a unos 30 km por hora", explica Medina. En Sanaüja todo el mundo estaba muy asustado por el viento, porque si giraba hacia Sanaüja, el pueblo, rodeado de campos de cultivo y arbustos, es "un auténtico polvorín", explica la vecina. La sensación de alarma era muy grande y, en caso de que pasara lo peor, los recursos eran escasos para hacerle frente.[banner-AMP_5]
El incendio en Sanaüja se reactiva, pasadas las 17h
Fuego a 30 km/h
Medina explica que un amigo de la familia, voluntario de la ADF (Agrupación de Defensa Forestal) de Sanaüja, salvó a una pareja de Mossos d’Esquadra y a una mujer en la masía afectada por el fuego de Torrefeta. Según relata, él "cogió a la mujer en brazos mientras los Mossos se marcharon corriendo." "En sólo 30 segundos el fuego pasó por encima del cobertizo de la masía donde se escondían, pero la casa no llegó a quemarse de lo rápido que se movían las llamas. Fue un fuego muy virulento".[banner-AMP_6]
Las avionetas y helicópteros tuvieron que parar las tareas a causa del viento fuerte. Los caminos rurales de la zona son muy difíciles para los camiones de bomberos. Las piscinas fueron puntos estratégicos donde venían los camiones a rellenar. Entre las 15 y las 18 h no pararon de llegar bomberos por la piscina municipal de Sanaüja. El pueblo y sus entornos, según apuntan desde la familia mataronense, son muy propensos a los incendios, a menudo causados por las máquinas segadoras que se incendian a causa del calor y las altas temperaturas.[banner-AMP_7]
El fuego en los campos de Sanaüja. Foto: Bomberos
"Los agricultores se sienten abandonados, sin recursos"
"Esta semana hemos tenido mínimas de 38 grados, y aquí los agricultores se quejan de que se sienten abandonados, con zonas forestales poco vigiladas que se encienden muy rápidamente", constata Medina. Esta misma mañana de miércoles los agricultores han expresado su preocupación porque hay campos que deberían estar segados pero la normativa europea limita cuándo se puede hacer, y esos campos ya deberían haber sido segados. Ayer, de urgencia, tuvieron que segar y labrar para intentar hacer cortafuegos.[banner-AMP_8]
La preocupación sigue muy viva
Hoy en el pueblo están muy preocupados porque se prevé una nueva tormenta eléctrica por la tarde. El grupo de difusión del ayuntamiento ha vuelto a convocar voluntarios y agricultores para labrar campos y mojar toda la zona. Medina explica que "cualquier rayo puede volver a encender el fuego." Ahora mismo el fuego está controlado pero no extinguido; hay un par de pajares que han dejado quemar porque la paja arde lentamente y cuesta mucho apagarla. El miércoles por la mañana han bajado las temperaturas y ha parado el viento en Sanaüja, pero puede cambiar en cualquier momento. "Este ya es el tercer o cuarto incendio en la zona; llevamos una semana muy dura y complicada", constatan.[banner-AMP_9]
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