El equipo de Jaume Creixell tenía la oportunidad de finalizar el año como primero clasificado del grupo quinto de Tercera División, pero cinco minutos fatídicos y, sobre todo, un montón de ocasiones desaprovechadas, lo evitaron. La primera mitad fue igualada y ninguno de los dos equipos no supo crear con comodidad desde el medio campo. La presión era grande y las faltas, constantes. Sólo unas manos claras dentro del área del Reos provocaron que Angel, de penalti, inaugurara el marcador. Con el 1 a 0 se llegó al descanso.
El primer cuarto de la segunda mitad fue un festival de oportunidades de los amarillo-y-negros, que podían haber dejado sentenciado el partido y haberse asegurado el liderazgo. Incomprensiblemente, Angel, en dos ocasiones, una de ellas dentro del área pequeña, y Sauras estrellaron la pelota a los palos. La defensa visitando hizo el resto. En fútbol, ya se sabe, quien perdona lo acaba pagando, a pesar de que, en este caso, el Mataró lo pagó muy caro. Dos jugadoras aisladas en sólo cuatro minutos de diferencia acabaron en dos goles del Reos que hacían la vuelta al marcador. El resultado, del todo injusto, fue ya el definitivo.
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