Un CE Mataró a Primera Catalana y tres equipos, Cereza, Mataronesa y Llàntia, a Segunda Catalana. Un hito que no se había dado en el fútbol mataroní y que ofrece la sensación de buena salud dentro del fútbol de la ciudad. Nadie vivirá de jugar y entrenar con los equipos de la capital del Maresme, pero sí que la presencia de cuatro conjuntos en las dos categorías catalanas más elevadas después de Tercera División permite a los jugadores de base encontrar una salida dentro de su propia ciudad para continuar con su carrera deportiva un golpe acaba la edad juvenil.
Los motivos que han propiciado que los equipos mataronins estén en una situación saludable a día de hoy gracias a estos cuatro representantes son varios y tienen que ver tanto con una política de equipamientos acertada que empezó con el llamado Pacto por el Fútbol firmado en 2006 por la mayoría de clubes de la ciudad. Este pacto quería democratizar e igualar a nivel de equipamientos los equipos de la capital del Maresme, y estableció un orden mediante el cual todos los conjuntos recibirían césped artificial.
"El hecho que hace cinco años que conseguimos césped a nuestro campo sirvió para dar un salto de calidad al club", explica Valentín, presidente de la Llàntia que destaca que esto era un "atractivo" porquehubiera jugadores con ganas de venir a jugar al conjunto verde. "La arena ha marcado en los últimos quince años unas diferencias importantes entre los equipos", recuerda.
Pero no es sólo el césped la que ha permitido que el Cereza se encuentre en Segunda Catalana nuevo años después del descenso de Primera Territorial o que la Mataronesa recupere un lugar en esta misma categoría cuando hace quince años había jugado a Preferente. También tiene que ver una política de club y una crisis dentro del fútbol amateur que ha beneficiado los equipos de barrio.
Sentirse como casa
La Mataronesa, junto con el Liverpool de Tercera Catalana, han recogido la herencia de la extinta Cerdanyola al barrio más poblado de Mataró. "Como entidad sólo tenemos un objetivo, que es llegar a los 100 años de vida", explica su presidente David Jiménez, que identifica los motivos del buen momento del equipo: "El 60% de la plantilla es de Mataró. Muchos habían jugado fuera, pero llega un momento que al fútbol territorial no se pagan las burrades de antes y para desplazarse y llegar a las tantas de la noche, prefieren jugar junto a casa con un grupo de amigos que se conozcan".
Este objetivo es el que tiene la junta del CE Mataró con Fran Seijo de presidente y que sigue el camino marcado por Albert Gibert. Cuando contrataron Jose Maria Polo de entrenador, el encargado del ascenso a Primera Catalana, todos iban a una: "Queremos hacer un equipo con jugadores de la ciudad que sientan el orgullo de defender los colores amarillo y negros". Y así se ha recuperado jugadores que habían estado a Tercera y Primera Catalana para hacer piña. Seijo explicó en el ascenso del equipo al mes de mayo que era "un orgullo" conseguirlo con gente de la casa. La estabilidad después de años convulsos a nivel económico y deportivo ha sido clave para recuperar el lugar que el equipo se merece.
Trabajar la base
Si el equipamiento acompaña, la crisis del fútbol ayuda a los equipos de barrio y la estabilidad es una garantía, la cuarta pata del éxito del fútbol a la ciudad es la base. El Cereza hizo un tumbo después de bajar de Primera Catalana que ahora los permite ser dónde son, según su presidente Dani Morillo: "Vimos que no podíamos vivir de patrocinadores o dinero de fuera que si un día marchan, te quedas sin nada. Por eso decidimos apostar por la gente de la casa". Dedo y hecho, hicieron un grupo de jugadores que crecieran a la entidad sin pensar en los resultados. "Siempre tiene que subir 1-2 jugadores del juvenil", y con esto y tiempo, se ha creado "una piña con un 70% de gente de la casa que da la cara en los malos momentos y que ha sido clave en el ascenso y en los dos años de consolidación". Eso sí, tienen claro que "si se desciende no pasa nada, el camino está marcado y el más importante es la base".

-
Claus
- Pacto por el fútbol: instalación de césped a los campos ha permitido igualar equipos de barrio con otros
- La crisis del fútbol amateur: antes se pagaba a categorías como las actuales; ahora quién lo hace no tiene tanta capacidad y ya no vale tanto la pena ir a jugar fuera
- Estabilidad: no estirar más el brazo de la manga y no abrazar proyectos faraónicos permite trabajar con el que se tiene
- La base: Mataró centra de hace tiempo esfuerzos en la base. Esto crea sentimiento de pertanyença y un compromiso que se alarga después de edad juvenil.
-
Comentarios