13 ligas en serie y 4 Champions consecutivas. Casi no habría que decir nada más, pero la gesta merece unas líneas. El Olympique de Lyon es el gran dominador del fútbol europeo. Es un equipo que tiranitza su liga, a pesar de la competencia del PSG estas últimas temporadas, y que va camino de marcar una era irrepetible a nivel continental. Ya son 6 Copas de Europa en su palmarés, las últimas cuatro de manera consecutiva. Hasta ahora las había ganado en finales sufridas (dos tandas de penaltis y una prórroga) contra Wolfsburg en dos ocasiones y París Saint-Germain en la otra. Este sábado, al Groupama Enarena de Budapest, el Olympique de Lyon barrió sin miramientos el Barça en una primera media hora para enmarcar. 4-0 y final sentenciada.
Todo es más fácil cuando tienes a tus filas Renard y su fortaleza defensiva, Henry y su jerarquía sobre el césped, el tándem Le Sommer-Hegerberg y su armonía con el gol, o Marozsán y su sensibilidad técnica. La campeona olímpica con Alemania, de origen húngaro y nacida precisamente en Budapest, hizo el primer gol de la final culminando una acción de Van de Sanden. Era el minuto 5 de partido y el pandemònium estaba servido. El extremo holandesa, rápida y penetrante, fue un dolor de cabeza constante. La mataronina Leila Ouahabi se vio superada por la energía de una jugadora que fue la principal sorpresa en el once del conjunto francés.
Antes del primer cuarto temprano, Van de Sanden ya había servido la segunda asistencia de la tarde. Esta vez, la noruega Ada Hegerberg fue la encargada de hacer subir el 2-0 en el marcador. Cinco minutos después, la jugadora que ha renunciado al Mundial para visualizar la lucha por la igualdad, volvía a ver portería (3-0). Nuevamente Hegerberg se encargaba de sellar la goleada, sobre la media hora de partido, con un hat trick para la historia de las finales europeas.
El Barça no pudo contener el caudal ofensivo del Olympique de Lyon. Leila Ouahabi lo pasó mal a la izquierda con Van de Sanden. A la otra banda del campo, Marta Torrejón tres cuartos del mismo con Majri. Las mataronines completaron el partido, pero no encontraron respuestas ni ayudas para frenar un rival especialmente poderoso.
El 4-0 calmó el Lyon. El equipo francés ya no hizo más sangre. El Barça bajó las revoluciones del partido a través de buenas secuencias de paso. A las postrimerías de la final, Oshoala hizo el 4-1 que premiaba la voluntad de un equipo que siguió fiel a su manera de entender el juego a pesar de topar con una roca de dimensiones formidables. Ouahabi y Torrejón son subcampeonas de Europa.
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