“Soy lateral izquierdo y en esta posición es muy importante tener buen lanzamiento exterior, pero en mi caso también procuro entender el juego a nivel colectivo”. Es Pablo Vela, máximo goleador del Joventut Handbol Mataró. Suma 75 dianas en liga, es séptimo en la lista de cañoneros de la Primera Estatal y cuatro goles suyos resultaron fundamentales en la victoria de este sábado ante el OAR Gracia de Sabadell (34-28).
Natural de Cabrera de Mar, Vela empezó a jugar a balonmano en la escuela del pueblo cuando hacía tercero de primaria: “Yo jugaba a tenis y, de casualidad, un día vinieron a la escuela a hacernos una clase de educación física especial en la cual descubrí el balonmano. Enseguida se formó un equipo en la escuela y jugué allá un par de años.” Después, como alevín de segundo año, llegaría a Mataró para vestir, en una primera etapa, la camiseta del Joventut.
Cuando tenía 13 años el Barça vino a buscarlo: “Recuerdo que estaba en casa con mi madre y cuando me lo dijeron fue muy emocionante, una gran alegría.” Pasó cinco años en el club azulgrana: “Como jugador y como persona fue un gran salto. El Barça era sacrificio y esfuerzo.” Al acabar la etapa de juvenil, hizo el camino de vuelta a Mataró para iniciar su recorrido como senior. Esta es su tercera temporada con el primer equipo del Joventut.
“Estoy jugando bien y me siento muy cómodo en Mataró. Espero, en un futuro, tener alguna otra oportunidad profesional o semi profesional, pero ahora mismo no estoy enfocado en esto.” A corto plazo, Pablo Vela quiere acabar el segundo año de grado superior de deportes y después decidir si empieza alguna carrera universitaria del mismo sector o, en cambio, apuesta por hacer las oposiciones a bombero o Mosso d'Esquadra: “Me gustaría empezar mi vida laboral y seguir jugando para pasármelo bien.” Y justamente esto, pasarlo bien, forma parte de la génesis misma del deporte.
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