El deporte en general y el fútbol en particular acostumbra a dar gloria a quien la merece. Es igual la categoría, si se es profesional o forofo. Siempre hay un momento en el que todo vuelve a tener sentido. Y esto es el que pasó con Toni Rodríguez. El portero del Cereza sufrió una descarga eléctrica grave hace 18 meses. Esto lo apartó de los terrenos de juego. Hasta miércoles, cuando el conjunto mataroní se enfrentaba a Young Talento, líder de la Tercera Catalana, en un partido que se jugaba entre semana porque se había aplazado en su momento.
El solo hecho de poder volver a hacer el que más le gusta, enfundarse los guantes y ponerse bajo palos, ya merece atención por una persona vinculada desde hace años a uno de los clubes históricos de la ciudad. Pero el fútbol a veces entiende de justicia poética, y después del calvario que tiene que haber pasado -y el fútbol debía de ser uno de los problemas menos graves después del accidente-, miércoles Toni pudo emocionarse de la mejor manera que lo puede hacer un portero: dando puntos.
El Cereza se había avanzado al minuto 18 con un gol de Pol. Era un partido importante para intentar acercarse a los primeros lugares y hacer torcer el brazo del líder. Toni tuvo algunas intervenciones de mérito ante un conjunto badaloní que atacaba cada vez con más intensidad. Hasta que llegó el minuto 89. Penalti a favor de Young Talento. Se prepara el lanzador... Y Toni para. Chut fuerte a media altura, el portero acertó la dirección a su derecha y salvó la victoria. Mucho, mucho más que tres puntos.
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