Si buscas una escapada natural con vistas de postal y al alcance de todos, no hace falta irse lejos. En el corazón del Maresme, junto a Canet de Mar, encontramos la Creu de Pedracastell —también conocida como la Cruz de Canet—, uno de los miradores más espectaculares de la comarca.
Se trata de una cima modesta, a 309 metros de altitud, pero con unas panorámicas que dejan sin aliento: el mar y el litoral del Maresme, el macizo del Montnegre y, en días claros, incluso el Montseny y la ciudad de Barcelona.
Una ruta corta e ideal para hacer con niños
La ruta más sencilla y familiar para acceder parte del Santuario de la Mare de Déu de la Misericòrdia, en Canet de Mar. Es un itinerario circular de poco más de 6 km, apto para niños y niñas acostumbrados a caminar, y con un desnivel suave y asequible.
El camino sube por el bosque, siguiendo la Riera dels Oms, hasta llegar a la cima de Pedracastell, donde se alza la cruz metálica que corona el cerro. Es un lugar perfecto para hacer una parada, comer algo y sacar fotos memorables. Toda la información de la ruta la podéis encontrar clicando aquí.

Vista de Pedracastell. Foto: FEEC
Una cima con historia
La cruz actual es de 1954, pero no es la primera. Todo empieza en 1901, cuando el papa León XIII propuso instalar cruces por todas partes para conmemorar el cambio de siglo. En Canet, el impulsor fue el doctor Marià Serra i Font, con la complicidad del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Aquella primera cruz fue bendecida en 1902, pero el viento la hizo caer en 1926. La segunda duró hasta la Guerra Civil, y la actual, de estilo gaudiniano, fue obra de Isidre Puig Boada, discípulo de Gaudí.
Otras opciones para los más aventureros
Si se busca una ruta algo más larga o alternativa, hay varias opciones:
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Desde Sant Iscle de Vallalta: una ruta lineal de 5,5 km (solo ida), siguiendo el sendero de gran recorrido GR 5. Transcurre entre bosques de pinos y encinas, con una subida constante pero asequible. Sigue la ruta aquí.
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Ruta combinada desde Canet: una opción más larga y culturalmente rica es la que incluye parada en el Castillo de Santa Florentina, también vinculado a Domènech i Montaner, y que permite descubrir elementos del modernismo de Canet antes de subir hacia la Cruz. Más información aquí.

Castillo de Santa Florentina, uno de los atractivos de la zona
Consejos para la salida
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Mejor época: primavera y otoño, para evitar el calor y disfrutar de los colores del bosque.
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Equipamiento: calzado cómodo, agua y protección solar.
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Respeto por el entorno: no dejes rastro, sigue los caminos señalizados y disfruta de la naturaleza con respeto.
La Creu de Pedracastell es, en definitiva, una excursión perfecta para una salida en familia, con la recompensa de unas vistas únicas y una buena dosis de historia local. Un plan ideal para redescubrir el Maresme desde las alturas.
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