Vilassar de Dalt esconde, entre sus casas y callejones llenos de historia, uno de los tesoros arquitectónicos más singulares del Maresme: el castillo de Vilassar, una fortaleza de origen medieval que sorprende tanto por su majestuosidad como por su desconocimiento general. A pesar de su alto valor patrimonial y su belleza arquitectónica, el castillo sigue siendo una residencia privada y muy poco visitable excepto cuando acoge grandes eventos, lo que lo convierte en un espacio casi encantado dentro del panorama patrimonial catalán.
Situado en un enclave estratégico y privilegiado, este edificio conserva buena parte de su estructura original: una torre del homenaje circular de los siglos X-XII, cuatro torres angulares con almenas, un puente sobre el foso, una capilla dedicada a la Trinidad y a la Concepción de María y varias salas nobles. La fachada principal, con sus ventanas góticas decoradas y los arcos conopiales con lóbulos, refleja la evolución del castillo desde una fortificación militar a una residencia señorial de lujo, especialmente a partir del siglo XIV.
Según los estudios de Monreal y Riquer, ya en el siglo XII se alzaba una torre cilíndrica y un primer recinto, que con el tiempo fue ampliándose y decorándose por las familias nobles que lo habitaron. El conjunto, de planta irregular, incluye espacios como la sala de lavaderos, la antigua bodega, la cocina, el ala noble y los antiguos almacenes de grano. La gran torre central, de cinco plantas, contiene una escalera de caracol incrustada dentro del muro, de más de dos metros de grosor.
Todo este conjunto único ha llamado la atención de productoras audiovisuales, marcas de lujo y parejas que buscan un escenario exclusivo para celebraciones de muy alto nivel. El castillo de Vilassar es hoy un espacio reservado, casi mítico, que mantiene intacta su aura misteriosa y señorial.
- El Instagram del Castillo de Vilassar se puede encontrar aquí.
¿Cuándo se puede visitar?
Una de las pocas oportunidades para acceder a él es durante la Fiesta Mayor de los Santos Mártires, en julio, cuando se organizan visitas guiadas dentro de la “Ruta Medieval”. Este recorrido permite descubrir espacios como el foso, la capilla, el patio de entrada y el patio interior, y entender la evolución de la fortaleza y del primer núcleo de Vilassar.
- Es, sin duda, una ocasión única para conocer por dentro una joya del patrimonio catalán que, pese a estar al lado de casa, sigue siendo un gran secreto para muchos.
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