La verbena de San Juan es una de las noches más esperadas en el Maresme, un territorio que la vive como pocas comarcas. Con su combinación de elementos rituales, fuego, música y verano, San Juan se celebra y quizás hace simbólico la entrada en la temporada estival, que en el Maresme viene cargada de fiestas mayores a los municipios costeros, actividades populares y noches a la fresca. Es también una explosión de energía colectiva, una celebración transversal donde conviven tradición, cultura popular y diversión nocturna, con opciones para todo el mundo.
Las discotecas empiezan temporada fuerte, los restaurantes ofrecen menús especiales, y muchos prefieren quedarse a casa y echar unos petardos con la familia. Pero, para quien busque fiesta de verdad, el Maresme ofrece un abanico inagotable de propuestas.
Las playas son el escenario perfecto de miles de maresmencs vitants, que aprovechan el ambiente veraniego para bajar al litoral. Cuando cae la noche del 23 de junio, las arenas y paseos marítimos se llenan de grupos de amigos, familias y parejas, que se reúnen para comer coca, encender bengalas y celebrar la llegada del verano con baños a nocturnos y hogueras. La pirotecnia ilumina el cielo mientras los petardos rasgan el ambiente con su sonido festivo y característico.

Pero la verbena de San Juan en el Maresme es mucho más que la típica foto. En todo la comarca se multiplican las opciones para celebrarla: verbenas de calle, noches de orquesta y baile, sesiones de DJ, cenas populares, conciertos, pasacalles y fines todo fiestas organizadas por discotecas y restaurantes, que apuestan fuerte para convertirse en escenarios de desmadre tan noche especial. La comarca se transforma en un mosaico de celebraciones, algunas únicas, otros más modernas, como estas:
Vilassar de Mar: San Juan en plena Fiesta Mayor
Vilassar de Mar llega a San Juan en su momento más festivo: en plena Fiesta Mayor. El municipio ofrece una de las noches más intensas de todo lo Maresme, con programación a diferentes puntos de villa. Desde el pregón y los pasacalles por la tarde hasta las verbenas musicales de la noche y madrugada, Vilassar vive el 23 de junio con toda su fuerza festiva.
Arenys de Mar: la verbena clásica y con más historia
A Arenys de Mar se conserva el formato más clásico de verbena, aquel que tantos pueblos han perdido y que aquí todavía se mantiene con orgullo. En la Plaza de las Palmeras, el centro neurálgico de la fiesta, la noche empieza con orquesta y baile tradicional, un ambiente que reúne varias generaciones en un mismo espacio. Los Geganters son los organizadores.
Mataró: verbenas de calle y ritual a San Juan y Peramàs
La capital del Maresme ha dejado atrás los grandes formatos y vive la verbena desde la proximidad de los barrios. Entre todas las opciones, destaca la verbena de la calle San Juan, que mantiene su esencia ritual: la Bajada de las Brujas, la hoguera, los deseos y el castillo de fuegos. El baile de toda la vida, las sillas a la acera y los vecinos brindando juntos conforman una de las propuestas más auténticas y familiares. También en el barrio de Peramàs hay verbena con carácter propio, consolidada y muy arraigada.
El caso de Pineda
A Pineda de Mar, la verbena coincide con su Fiesta Mayor pequeña, y esto se nota. La llegada de la Llama del Canigó, el ritual de los fuegos en varias plazas y el ambiente a los barrios dan un tono popular y organizado a una propuesta que se vive intensamente. Además, el municipio apuesta fuerte por el turismo familiar, y esto hace que la ciudad ofrezca un amplio abanico de opciones para todos los públicos, con una verbena cívica, musical y muy viva.
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