Terrazas llenas en la Plaza de Santa Anna. Foto: R.Gallofré
Terrazas llenas en la Plaza de Santa Anna. Foto: R.Gallofré

Terrazas llenas desde primera hora en el estreno de la Fase 1

El Gremio de Hostelería se muestra decepcionado con el Ayuntamiento por la restricción del número de mesas y los horarios de los establecimientos

Mataró ha estrenado este lunes la fase 1 del desconfinament y, por lo tanto, se ha quitado con las terrazas de los bares paradas y llenas. Los diferentes establecimientos han terminado los preparativos de los últimos días y han abierto con la misma ilusión con la que los más tempraneros han querido sentar a su bar de confianza, algunos incluso pocos minutos después de las ocho de la mañana. Pocas horas después de la reapertura el Gremio de Hostelería ha emitido un comunicado urgente en que muestra su decepción con el Ayuntamiento por los horarios establecidos para las terrazas.

La reapertura de las terrazas, con la consecuente recuperación de la vida social, es una de los hitos de esta Fase 1. El sentar no exime de ninguno de los requisitos sociales que siguen vigentes: se tiene que mantener la distancia física de como mínimo 2 metros entre las mesas o agrupaciones de mesas y están autorizadas las reuniones de un máximo de 10 personas. Para facilitar la recuperación el Ayuntamiento ha anunciado que concederá de manera excepcional la ampliación temporal de la superficie de las terrazas para permitir instalar el 100 por ciento de las mesas y sillas ya autorizadas en cada una de las licencias.

A primera hora había ilusión y también un plus de nervios entre los trabajadores, atentos de cumplir en todo momento con las prescripciones de seguridad impuestas. Por ejemplo Àngel del Bar Matadero explica las medidas que han tomado para reabrir: "Lo tenemos que servir todo a la terraza, desinfectando siempre y sin que haya tampoco intercambio de material entre nosotros. Cada cual tiene su papel, su hielo, sus guantes. El más empipador es la máscara que te protege toda la cara, pero se tiene que traer". Respete la actitud de los primeros clientes, asegura que "la gente está encantada, muy consciente de la situación, preguntando dudas y sin hacer trapelleries"

Bar Capgrossos. Foto: R.Gallofré

Bienvenida sea el trabajo

En la Plaza de Santa Anna, por ejemplo, una de las trabajadoras del Classic Coffee ataviada detrás una mascareta decía a primera hora "trabajo, trabajo es el que hace falta" mientras iba y vendía para atender las mesas, que en su punto de las nueve de la mañana ya eran prácticamente todas ocupadas. Numerosos establecimientos del sector hostaler se han tenido que acoger a ERTEs. Ya durante el fin de semana han reabierto con gran éxito algunos establecimientos de temporada como heladerías o restaurantes que permanecían cerrados en modalidad de comer para llevar.

En Juan ha sido uno de los primeros de sentar. Le gusta la separación entre mesas –que los establecimientos marcan en tierra– porque "antes a veces sentías más la conversación de la mesa del lado que no con quien hablabas" y asegura que todavía le da miedo contagiarse por el que enseguida que se ha acabado el bocadillo y el café con leche se ha vuelto a poner la mascareta. La Zoe, de 23 años, había quedado con una amiga a las nueve de la mañana:"diría que nunca habíamos quedado tan pronto para tomar algo", explica. Después las dos tenían que volver a casa a tele-trabajar.

 

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