Con la llegada de la primavera y el verano, vuelve un problema tan habitual como molesto: los mosquitos. Estos pequeños insectos, capaces de perturbar noches de sueño o veladas al aire libre, no solo representan una molestia sino también un riesgo para la salud pública, especialmente con la expansión de nuevas especies como el mosquito tigre y la posibilidad de transmisión de enfermedades como el Dengue o el virus del Nilo Occidental.
Ante este escenario, cada vez más personas optan por soluciones naturales para proteger sus espacios, y una de las más populares es la citronela. Esta planta, conocida también como lemongrass, destaca no solo por su efecto repelente, sino también por su aroma fresco y cítrico que aporta un toque agradable a cualquier jardín, balcón o terraza.
El secreto de la citronela reside en su aceite esencial, que contiene compuestos como el citronelal, el geraniol y el limoneno. Estos interfieren con los receptores olfativos de los mosquitos, dificultando que localicen el olor corporal de las personas, que normalmente los atrae. Así, su presencia actúa como una barrera natural y perfumada.
Cultivar citronela es relativamente sencillo. Se trata de una planta perenne de la familia de las Poáceas que puede crecer hasta 120 cm de altura. Sus hojas largas y cortantes desprenden aún más aroma si se frotan o se rompen, liberando gotas de aceite esencial. Requiere mucha luz solar (mínimo 5-6 horas al día), un suelo bien drenado y riego regular sin encharcar. Es importante protegerla del frío, ya que no tolera temperaturas por debajo de los 10 °C.
Otras plantas que también pueden ayudar
Además de la citronela, otras plantas también pueden ayudar a mantener a raya los mosquitos: el geranio citronela, la hierba luisa, la lavanda, la albahaca, la menta, el romero y la nepeta son opciones que, además de su funcionalidad repelente, ofrecen un valor estético y aromático considerable. Combinar diferentes especies permite crear un verdadero “escudo aromático” que multiplica el efecto protector.
Para potenciar el efecto de estas plantas, se recomienda colocarlas cerca de ventanas, puertas y zonas de estancia, así como frotar ocasionalmente las hojas para intensificar la difusión de los aceites esenciales. No obstante, hay que recordar que estas soluciones no son infalibles por sí solas. Es conveniente complementarlas con medidas como eliminar aguas estancadas, usar mosquiteras o aplicar repelentes específicos si la infestación es elevada.
Incorporar la citronela y otras plantas aromáticas en nuestros espacios exteriores no solo contribuye a un ambiente más saludable y agradable, sino que representa una alternativa ecológica y decorativa para convivir mejor con la naturaleza durante los meses más cálidos.
Fuente: www.segre.com
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