Quitarse los zapatos al llegar a casa se ha convertido en una práctica cada vez más habitual. Más allá del confort y la sensación de libertad, caminar descalzo puede aportar beneficios reales para la salud… siempre que se haga en las condiciones adecuadas. El podólogo Manel Pérez Quirós, presidente del Colegio de Podólogos de Cataluña, nos explica cuáles son los pros y los contras de esta moda saludable, pero no exenta de riesgos.
Según Pérez Quirós, caminar descalzo favorece la movilidad del pie, ya que “cuando sacamos el pie del zapato, ganamos ángulo de movimiento y los huesos y músculos trabajan mejor”. Además, mejora la circulación sanguínea y estimula el sistema inmunitario, además de proporcionar una sensación inmediata de descanso. En niños y adolescentes, durante el crecimiento óseo, también ayuda al desarrollo muscular y articular.
Otro aspecto clave es la propiocepción, la capacidad del cuerpo para percibir su posición en el espacio. Los receptores propioceptivos de los pies informan al cerebro sobre la superficie que pisamos —si es dura, inclinada o irregular—, lo que mejora el equilibrio y la coordinación. Eso sí, el contacto con el suelo debe ser seguro: nada de superficies frías, sucias o irregulares, ni con riesgo de resbalones o cortes.
La piel juega un papel fundamental, ya que es la primera barrera de defensa frente a infecciones. Si está hidratada y sin lesiones, es mucho más resistente a virus, bacterias u hongos. En cambio, la sequedad, las grietas o las ampollas son puertas de entrada de microorganismos. Pérez Quirós recomienda lavar los pies con jabón de pH neutro, hidratarlos y secarlos bien, especialmente entre los dedos.
No siempre es bueno
Hay colectivos para los cuales andar descalzo puede ser peligroso. Las personas diabéticas, por ejemplo, pueden perder sensibilidad en el pie y no darse cuenta de pequeñas heridas u objetos clavados. También se debe tener precaución en casos de artritis. En cambio, tener los pies planos o cavos no supone ningún impedimento especial.
Otro riesgo inesperado son los pelos de las mascotas: “Un pelo puede clavarse en la piel si está húmeda o sudada”, advierte el podólogo, que recomienda mantener el suelo limpio y evitar caminar descalzo en espacios públicos como gimnasios u hoteles.
Finalmente, hay que evitar temperaturas extremas y superficies excesivamente duras. Pérez Quirós anima a caminar también sobre suelos naturales y blandos, como césped, arena o tierra de montaña, para reforzar el sistema musculoesquelético y mejorar la circulación.
Fuente: www.3cat.cat/3catinfo
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