El hecho de estar embarazada no implica que haya que comer por dos. Tal como explican los especialistas, no se trata de comer mucho más, sino de comer mejor. La ingesta de calorías recomendada es de 2.000 calorías al día.
El 70 % de la dieta tiene que estar compuesta por cereales integrales, y es recomendable ingerir tres raciones diarias de fruta y dos de verduras. A estos alimentos hay que añadir tres porciones de proteínas y dos de lácteos desnatados.
Es preferible consumir pequeñas raciones repartidas a lo largo del día para combatir la pesadesa y regular el tráfico intestinal. En vez de hacer comidas copiosas, el mejor es hacer más comidas.
Hay algunos nutrientes imprescindibles para el adecuado desarrollo del bebé: yodo, ácidos grasos Omega 3, ácido fòlic, hierro y calcio. El consumo de agua es muy importante en todas las etapas de la vida, pero muy especialmente en el embarazo. La hidratación es clave para la salud tanto del bebé cómo de la madre.
El pez es una buena fuente de ácidos grasos Omega y Omega 6. Hay determinados peces blancos y moratones que se pueden consumir con seguridad, cómo el salmón, el lenguado y la merluza. Sin embargo, es recomendable evitar la ingesta de peces cómo el emperador o el atún rojo por su alto contenido en mercurio.
En cuanto a los huevos, se pueden consumir siempre que estén muy cocinados para minimizar el riesgo de sufrir una intoxicación.

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