El cáncer es una enfermedad que afecta a miles de personas cada año, pero los expertos coinciden en que una parte significativa de los casos se podrían evitar con un estilo de vida saludable. Según los datos, entre un 30% y un 45% de los cánceres podrían prevenirse con cambios en los hábitos cotidianos, y los especialistas del Instituto de Oncología Vall d'Hebron (VHIO) insisten en la necesidad de centrar la investigación en la prevención, más allá del diagnóstico y el tratamiento.
Factores de riesgo y conductas evitables
Uno de los principales factores de riesgo es el tabaco, que causa el 20% de las muertes por cáncer y está relacionado con más de 15 tipos de tumores diferentes, incluyendo el de pulmón, vejiga urinaria, hígado y páncreas. A pesar del conocimiento sobre sus efectos nocivos, entre un 20-25% de la población sigue fumando cada día, lo que pone en riesgo su salud.
Después del tabaco, otro factor determinante es la obesidad y una alimentación inadecuada. Dietas ricas en grasas, con un alto contenido en azúcar y carne roja, y bajas en fibra, están asociadas a más del 30% de los cánceres, según la revista Pharmaceutical Research. El doctor Josep Tabernero, director del VHIO, destaca la importancia de cocinar alimentos frescos y evitar la comida ultraprocesada para reducir este riesgo.
Hábitos saludables para reducir el riesgo de cáncer
Los especialistas coinciden en una serie de recomendaciones para prevenir la aparición de tumores:
- Reducir el consumo de alcohol.
- Aumentar la ingesta de fibra.
- Limitar el consumo de carne roja y grasas.
- Evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Fomentar la actividad física regular.
Tabernero subraya que estos factores forman parte de un "gran paquete" de medidas que pueden marcar la diferencia en la incidencia del cáncer.
Más allá de la genética: la influencia de los factores externos
Solo un 5-10% de los cánceres son atribuibles exclusivamente a factores genéticos heredados. En la mayoría de los casos, hay una combinación de predisposición genética y factores externos, como la dieta, el tabaco, la contaminación y las infecciones por virus y bacterias. Evitando estas exposiciones se puede reducir considerablemente el riesgo de desarrollar la enfermedad.
El reto de la prevención: investigación y regulación
Los expertos coinciden en que es necesario más investigación en prevención para comprender mejor la relación entre ciertos alimentos y el cáncer. Sin embargo, este tipo de estudios son difíciles de financiar, ya que suelen ir en contra del statu quo económico y los resultados se ven a largo plazo.
A pesar de las dificultades, los investigadores del VHIO insisten en que la regulación es esencial para lograr cambios significativos. No obstante, Tabernero recuerda que para poder regular, primero hay que demostrar los efectos y, para ello, es imprescindible invertir en investigación. "Claramente, debemos investigar en prevención", concluye.
Así pues, el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte en España, pero una parte significativa de los casos podrían prevenirse con hábitos saludables. Los expertos alertan de que es necesario un cambio en la percepción social y una mayor inversión en investigación para abordar la enfermedad desde su origen. Fomentar una vida saludable y evitar los principales factores de riesgo puede ayudar a reducir drásticamente la incidencia del cáncer en el futuro.
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