Indispensables (y cada vez más)
La asistencia a domicilio para personas con dependencia es la cara más social y oculta de las administraciones y un pilar fundamental del estado de bienestar que cada vez demandarán más personas
Es poco visible, poco notorio, no se habla mucho de ello. Mucha gente que, por casuística social y familiar, no lo ha requerido puede que incluso ignore su existencia. Trabajan dentro de las casas, subiendo escaleras, dentro de los pisos o paseando. Ayudan. Ayudan mucho. Y sus usuarios los tienen en un altar. Son indispensables, en el sentido más literal de la palabra. Son los profesionales del Servicio de Asistencia Domiciliaria. Y esta vez nos hemos puesto a su lado para retratar la labor fundamental que realizan.
Bajo el paraguas del acrónimo SAD hay muchos servicios, diversas administraciones, entidades del tercer sector. Una red. Son la malla que sostiene la autonomía de muchas personas que, por sí solas, no podrían vivir en casa. La asistencia a domicilio parte de la idea de procurar que no se tenga que abandonar el hogar cuando se tiene algún grado de dependencia. Que la soledad no sea una condena y la falta de recursos o capacidad a nivel familiar, tampoco. La asistencia a domicilio es la ayuda periódica y asignada para que ninguna persona se sienta menos. Y cada día que un profesional entra por la puerta de un piso para ayudar a la persona que hay dentro y lo necesita, el estado del bienestar adquiere sentido con nombres y apellidos.
El SAD de Mataró tiene hasta 75 trabajadores para llegar a 450 personas
La asistencia a domicilio no suele ser sujeto de titulares. No se habla mucho de ella. Viviendo entre mares a menudo informativa y socialmente maltratados como es el mundo de los servicios sociales (y sus estigmas) y lo a menudo etéreo de ‘los cuidados’, resulta que si tomamos el caso de Mataró, tenemos una política que pesa mucho. Cada vez más presupuesto municipal (18,4 millones el último año) y cada vez más profesionales porque obviamente cada vez somos todos más viejos y por lo tanto más gente está sola o dependiente. No es solo cuestión de edad, ni mucho menos. Diversidades funcionales, soledad, trastornos o situación económica o familiar también pueden suponer que se activen los protocolos.
La sociedad del ‘que nadie quede atrás’ sabe de la importancia de la atención domiciliaria. Y para quien todo lo monetice, un dato: el del SAD es el segundo contrato más alto de los que tiene el Ayuntamiento de Mataró, solo superado por el de la basura. La ciudad gasta más en asistencia a domicilio de los mataronenses que en Mataró Bus.
La parte práctica de la 'teoría de las curas'
Mataró estrenará este 2024 el CareCtyLab, que es (escrito en inglés porque debe ser más ‘chupiguay’) la punta de lanza del proyecto que se ha denominado ‘Ciudad cuidadora’. La teoría de los cuidados y su equipamiento de referencia (su TecnoCampus, vaya) encaran la recta final pero son mucho más fáciles de entender con el marco de comprobar la dimensión y la necesidad de los servicios que se prestan a domicilio.
La concejala Laura Seijo subraya la trascendencia social y personal de los servicios que ofrece el Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) en Mataró. “La ciudadanía no es consciente hasta que no lo necesita. Son servicios que pones en valor cuando precisamente te tocan a ti o a tu entorno”, afirma Seijo, destacando la vital importancia de estos servicios para personas mayores, dependientes, con trastornos mentales, discapacidad o en situación de vulnerabilidad. La concejala remarca que el SAD es esencial para mantener la autonomía de las personas beneficiarias, un concepto fundamental en el debate sobre la “desinstitucionalización” y la necesidad de reducir la dependencia de las residencias. “Es un servicio indispensable y por eso invertimos tanto”, añade Seijo.
En su visión de futuro, Seijo imagina Mataró como una “ciudad cuidadora” que explora nuevas soluciones tecnológicas para mejorar la atención a domicilio. “El CareCityLab nos debe servir para mejorar este servicio, no solo con personas físicas -que siempre estarán y harán falta- sino también con Inteligencia Artificial, con sensorización de domicilios”, explica la concejala. Esta iniciativa incluye la sensorización de viviendas para ayudar a las personas a mantenerse en su hogar el mayor tiempo posible. “Debemos invertir en políticas sociales, el envejecimiento es un reto”, concluye Seijo, haciendo énfasis en la necesidad de invertir constantemente en servicios que mejoren la calidad de vida de las personas y en buscar alternativas innovadoras para afrontar el reto del envejecimiento de la población.
Las tareas del servicio
El Ayuntamiento de Mataró, a través del Servicio de Asistencia Domiciliaria (SAD), ofrece una amplia gama de servicios destinados a mejorar la calidad de vida de las personas con dependencia, discapacidad u otras necesidades específicas. El Servicio Local de Teleasistencia, proporcionado por la Diputación de Barcelona y gestionado por Tunstall-Televida, es un ejemplo destacado de este compromiso. Este servicio avanzado va más allá de la atención en emergencias, ya que ofrece un seguimiento personalizado con programas específicos como envejecimiento activo, prevención del suicidio y maltratos, y actuaciones contra la soledad no deseada.
El del SAD es el segundo contrato más importante del Ayuntamiento de Mataró
Además, se incluyen dispositivos tecnológicos como detectores de gas, humo y caídas, así como tecnologías adaptadas para personas con discapacidades auditivas o de movilidad. Desde 2023, se ha comenzado a sensorizar viviendas con detectores de movimiento y sistemas de monitorización para detectar precozmente situaciones de riesgo. Este servicio está destinado a personas mayores de 65 años, con discapacidad del 65% o superior, que viven solas o con familiares discapacitados, y requiere una valoración previa de los Servicios Sociales Básicos municipales. En 2023, 3.125 personas se beneficiaron de este servicio.
El nuevo CareCityLab tiene que permitir testejar nuevas tecnologías de asistencia
Además, el Servicio de Comidas a Domicilio garantiza comidas equilibradas y saludables para aquellas personas que tienen dificultades para preparar comida o desplazarse. Las comidas se entregan diariamente en el domicilio del usuario, asegurando una nutrición adecuada y contribuyendo a su permanencia en el hogar. El acceso a este servicio se realiza a través de los Servicios Sociales Básicos, que valoran la idoneidad del servicio y la capacidad económica del usuario. Durante 2023, 63 personas utilizaron este servicio.
También, gracias al apoyo de los fondos europeos Next Generation, Mataró ha iniciado el proyecto “Atención al Domicilio Inteligente”, que incluye la sensorización de hogares con dispositivos no invasivos y el dispositivo “Conéctate al SAD” que permite videollamadas, acceso a opciones de ocio y seguimiento en línea de la salud. Estos servicios son gratuitos para ciudadanos que cumplan ciertos requisitos, como tener más de 65 años, un grado de discapacidad superior al 65% y vivir solos, con el objetivo de aumentar la autonomía personal y combatir la soledad no deseada. El proyecto se desarrollará durante 2024 y se evaluará en 2025.
Contra la soledat no deseada
El Ayuntamiento de Mataró, con el apoyo del TecnoCampus y financiamiento del Ministerio de Ciencia e Innovación, ha lanzado el proyecto NOT ALONE. Esta iniciativa tiene como objetivo comprender la prevalencia y los factores asociados a la soledad no deseada en mujeres mayores de 65 años de los barrios de Mataró. Con un enfoque de género, el proyecto busca establecer medidas preventivas y de detección precoz para mejorar la salud física y mental de estas personas, abordando un problema social y sanitario que afecta especialmente a las mujeres mayores. El proyecto NOT ALONE se desarrollará en tres fases principales. Primeramente, se realizará un estudio de prevalencia en 495 domicilios donde residen mujeres mayores de sesenta y cinco años para conocer el alcance del fenómeno. En la segunda fase, se explorará cualitativamente la soledad no deseada en este grupo, profundizando en sus experiencias y perspectivas. Finalmente, se creará un modelo predictivo capaz de evaluar y hacer seguimiento de las situaciones de soledad no deseada en la comunidad.
La cara más humana: un día del SAD
Capgròs ha podido acompañar profesionales del SAD yendo a domicilios de personas usuarias de Mataró. Dos de los muchos ejemplos que podríamos encontrar:
La Blasa, la ayuda y los ánimos
Usuaria: Blasa Ortega | Cuidadora: Raquel | Barrio: Rocafonda
Blasa es una mujer encantadora que recibe la visita asistencial de una hora tres veces al día. “Sola hay muchas cosas que no puedo hacer, porque tengo miedo de volver a caer. Así que ya la espero”, explica. Recibe dos tipos de visita: la trabajadora familiar y la auxiliar del hogar. Fue el médico quien, viéndola con dos muletas y problemas de salud, la dirigió al SAD. Explica que “tengo ánimo para todo, pero tengo que animarme y luchar por mí misma. Tengo la cabeza en su sitio y esa es mi fortaleza. Siempre me ha costado aceptar que me ayuden, pero ahora lo necesito y son de gran ayuda. Hay días que estoy peor, y es entonces cuando realmente son importantes”.
La cuidadora, nos explica, le recuerda la hija que perdió hace poco: el vínculo es emocional entre las dos
Blasa es genial y auténtica. Tiene un balcón que es su espacio preferido, con vistas sobre la ciudad, pero una escalera pronunciada para llegar allí, cuando tiene problemas de movilidad. Y es una persona de barrio, conocida y querida. Está al día de todo y explica con claridad que “los médicos se han esforzado mucho por mí”. Agradece mucho el servicio y explica que “hace un año perdí a mi hija y a ella —la cuidadora— le veo el mismo carácter en un año, me ayuda mucho y me siento muy acompañada”. Blasa se emociona recordando los obstáculos y problemas que ha pasado. Tiene familia (dos hijos), pero sin el SAD explica que “no podría vivir ni mantenerme como me mantengo aquí”.
Ella procura, por ejemplo, cuidarse las horas que está sola y aprovechar cuando va acompañada para hacer aquello con lo que no se ve capaz, como la higiene, salir a comprar, alguna otra gestión... Mirando a los ojos de su cuidadora, solo tiene un pero: “Me gustaría poder tenerla más horas”. Es una reclamación común de otras personas usuarias. La atención, los cuidados y las ayudas siempre son insuficientes. Cabe recordar que la dotación del servicio depende del grado de dependencia que decide la Generalitat según la necesidad de ayuda que tiene una persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
El Eva y poder salir de casa
Usuaria: Eva Borrego | Cuidador: Samuel | Barrio: La Llàntia
Cuando vamos a ver a Eva, en su casa está su asistente y también una voluntaria de la Fundación Hospital que viene una vez a la semana. Eva, paciente de cáncer, tiene asignada una ayuda de 20 horas al mes, pero su estado de salud y ánimo varía. Las operaciones y tratamientos de los últimos dos años han castigado su cuerpo, y hay semanas en las que se nota más que en otras. “Hoy no estoy muy bien”, nos dice.
Hace menos de un año que Samuel entró en su casa como profesional del SAD. Antes había tenido tres profesionales, pero le costó encontrar el encaje. Las personas deben conocerse, es lógico. Ahora se entienden. “Me ayuda con todo menos con la ducha, que tiene obviamente prohibido”, asegura con carácter. En este caso, el apoyo es hacer la cama, comprar, ir a la farmacia y “animarla para que salga a pasear, del brazo, no muy lejos, lo que tengamos tiempo”, explica el cuidador.
Sin ayuda no saldría de casa, dice, y los ánimos y fuerzas no serían los mismos
Entre quimioterapias y tratamientos, asegura que “de ánimo no estoy bien, pero de cara a los demás intento disimular. Hay días que no me movería de la cama, pero debo hacerlo”. Familia, vecinos y el propio SAD son la red de apoyo de Eva, que, aunque a veces no quiera, sabe que salir a pasear es todo un triunfo. También tiene el colgante de Teleasistencia, un servicio que en este caso depende de la Diputación. Todo un encaje de competencias.
Hace 12 años que esta mataronina de origen vasco lucha contra la enfermedad y explica que “es claro que deben poner más horas y aumentarle el sueldo” a Samuel. Ella se esfuerza tramitando la minusvalía y, aunque los ánimos varíen, admite que a veces discuten, pero tener la asistencia a domicilio es clave. “Si él no viene, lo noto. Es una ayuda indispensable”. Así de claro.