El Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer, afecta actualmente a unas 150.000 personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Cada año se diagnostican unos 10.000 nuevos casos y, con el envejecimiento progresivo de la población y el aumento de la esperanza de vida, las previsiones indican que estas cifras seguirán creciendo.
Aunque a día de hoy no existe una cura para el Parkinson, la ciencia ha avanzado notablemente en la comprensión de los factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo. En este sentido, la doctora Sílvia Jesús Maestre, del servicio de Neurología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, destaca dos claves fundamentales que pueden ayudar a prevenir la aparición de la enfermedad y ralentizar su progresión.
El ejercicio físico, el mejor aliado cerebral
Según la doctora Jesús, “el único hábito que se ha demostrado que ralentiza la evolución del Parkinson y que puede actuar como factor preventivo de las enfermedades neurodegenerativas es el ejercicio físico”. En este sentido, recomienda realizar entre dos y tres horas de actividad física a la semana, aunque sea moderada. El ejercicio ayuda a mejorar la salud cerebral, fomenta la neuroplasticidad y puede tener un papel protector frente al deterioro cognitivo.
Además, la actividad física regular mejora la calidad de vida, reduce el riesgo de otras enfermedades asociadas como la diabetes o las patologías cardiovasculares, y contribuye al bienestar emocional. Por todo ello, caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar disciplinas como el yoga o el tai-chi pueden ser opciones muy beneficiosas, especialmente para las personas mayores.
La dieta mediterránea: una aliada contra el Parkinson
La segunda gran clave que señala la especialista es la alimentación. Concretamente, destaca que la dieta mediterránea actúa como factor protector frente al Parkinson. “Una dieta rica en frutas y verduras, con el consumo de aceite de oliva y unas bases de alimentación mediterránea son altamente saludables y recomendables”, explica la doctora.
Este patrón alimentario, reconocido mundialmente por sus beneficios para la salud cardiovascular y cerebral, incluye alimentos frescos y poco procesados, el consumo moderado de pescado, legumbres, cereales integrales y frutos secos, así como una baja ingesta de carnes rojas y productos ultraprocesados.
Prevención y conciencia
Aunque todavía no existe un tratamiento definitivo para combatir el Parkinson, la prevención a través de estilos de vida saludables puede marcar la diferencia. Mantenerse físicamente activo y seguir una dieta equilibrada no solo puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad, sino que también puede mejorar el pronóstico de las personas ya diagnosticadas.
Con iniciativas como esta, la comunidad médica continúa insistiendo en la importancia de la educación sanitaria y la promoción de la salud como herramientas fundamentales para combatir las enfermedades neurodegenerativas.
Fuente: naciodigital.cat/viure-be
Las noticias más importantes de Mataró y el Maresme, en tu WhatsApp
- ¡Recibe las noticias destacadas en tu móvil y no te pierdas ninguna novedad!
- Entra en este enlace, haz clic en seguir y activa la campanita
Comentarios